Estoy embarazada ¡¿De quién?! #2

38. La mirada perdida

Recordar el pasado es molesto, mejor vivir en el presente. Estoy sentada en uno de los bancos de la universidad, esperando que comience la clase y veo las gotas de lluvia caer por la ventana, aún estoy empapada por correr lejos del idiota de Máximo. De repente una toalla cae sobre mi cabeza.

Giro la vista para ver quién es, aunque era obvio.

―Camilo, ¿pero qué haces? ―digo mientras me revuelve el cabello con la tela.

―Si sigues así te vas a resfriar.

―Hay muchas formas de calentarse. ―Le sonrío―. Además ¿De dónde sacaste la toalla?

―¿Eso importa? ―Queda pensativo.

―Sí, porque eso significa que te debo más dinero ―me quejo.

Él se ríe.

―Tranquila, la pedí prestada.

―¡No te burles! ―vuelvo a quejarme.

―No me burlo, es verdad. ―Me sonríe.

―¡Ag! Eres insoportable. ―Ruedo los ojos.

―Por cierto... ―Agarra una silla y se sienta a mi lado―. ¿Ya descubriste qué pasó en la fiesta?

―No, no me lo recuerdes.

―¿Y no te falta preguntar a nadie? ―insiste.

―No, no me acuerdo quién más estaba en el living, varios se fueron a mi habitación y otros estuvieron en la cocina. A Corina la tenía encerrada en su pieza y Mara... ―Frunzo el ceño―. Mara estaba con Nico en el cuarto de mi madre.

―¿Te molesta eso? ―analiza mi expresión.

―¿El qué? ―Me confundo.

―Que Mara estuviera con Nico.

―¡¿Qué?! Nico puede hacer lo que quiera, ya no está con la idiota de su ex. Aunque debo decir que elige minas estúpidas, primero Anabel y ahora Mara. Ese pobre chico va a terminar mal. Además, es muy peque para mí.

―Supongo que debo relajarme entonces. ―Se ve tenso.

―¡Uf! ¿Otra vez con tus celos?

―No puedo evitarlo, estoy enamorado. ―Me mira fijo a los ojos.

Me pregunto, ¿si yo también tenía esa mirada cuando estaba enamorada? Pues si la tenía, la perdí.