65. Máximo contra Camilo

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Camilo entra al aula y se acerca hasta nosotros.

―¿Desde cuándo te juntas con este? ―dice en tono celoso.

―Estábamos hablando de tus lindos tatuajes. ―Sonríe Máximo y la cara de mi tatuado se empalidece.

―Eso no es de tu incumbencia.

―No, pero investigar a mi competencia siempre lo es.

¿Competencia? ¡¿Qué?! Esto no es una carrera, ni yo un trofeo.

―Fíjate en ti mismo, niño rico. ―Sonríe también―. Ahí encontrarás mucha basura.

―Ah, ¿sí? Solo protejo lo qué me interesa. ―Se acerca enojado.

―Oigan, ya basta. ―Me pongo en medio―. Tú deja tus celos. ―Señalo a Camilo y luego a Máximo―. Y tú deja de decir estupideces.

―No creo que sea una estupidez estar en frente de un chico con antecedentes penales, un delincuente.

¡¿Qué?! Miro desconcertada a Máximo y luego a Camilo.

―¿Por qué te quedas callado? ¡Defiéndete, idiota! Lo que acaba de decir es grave.

Camilo no responde a su acusación y cambia el tema.

―Se me fueron las ganas de estar aquí, me voy.

―¡Hey, Camilo! ―Veo como se retira y cuando me dispongo a seguirlo Máximo me detiene por el brazo―. ¡Suéltame, idiota!

Sonríe.

―El que calla otorga, su escape dice mucho, ¿no te parece?

Me suelto.

―Lo que me parece es que eres un idiota. ―Salgo rápido a buscarlo, pero no lo alcanzo.

Estoy embarazada ¡¿De quién?! #2Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu