CAPÍTULO 5

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Creep — Radiohead

Lauren's POV

Aquél día no fui a la cafetería, no me encontraba nada bien. Mi padre hacía días que se había ido con el dinero que nos quedaba aquella semana para terminar el mes y aquél dólar que me quedaba lo usaría para comprarle algo de cereales a mi hermana pequeña.

Pasé de largo la cafetería y giré la esquina para llegar a la estación de tren más cercana. Vi el parque de lejos, debía cruzarlo para llegar a la estación. En uno de los bancos había un grupo de chicos con latas de cerveza. Unos llevaban gorros puestos, reían y gritaban. Yo me encogí frunciendo el ceño. Nunca encajé, nunca fui parte de nada.

Cuando fui acercándome pude ver que esa gente estaba en mi instituto, entonces sí que me asusté. Caminé lo más rápido posible incluso cuando escuché la voz de aquellos chicos.

—Eh. ¡Eh tú! —Repetía él. —¡EH! —Caminé más rápido cuando él me llamaba.

—EH. —Sentí un tirón de la chaqueta que me ahogó el cuello y casi hizo que dejase de respirar por un momento. —Que te estamos llamando. —Dijo en un tono furioso apretando las mandíbulas.

—Oh, mirad quién es... —El chico me agarró del pelo tan fuerte que sentí un millón de agujas clavarse en mi cráneo. Me arrastró hasta los demás con aquella sonrisa lasciva, con esos dientes amarillentos y casi afilados.

—Vaya... —Se acercó uno dejando la lata de cerveza en el banco, acercándose a mí con aquellos otros dos más. —Esta es la pequeña puta que le dijo al director que intenté meterle mano en el baño. ¿Y sabes qué, zorra?

—Dejadme en paz, por favor. —Dije con las lágrimas cayendo por mis mejillas, apretando los ojos par ano verlo más.

—Aquí no hay profesores, ni directores que puedan echarme, esto es la vida y tú eres una mierda que se graduó por los pelos, ¿huh? —Apretó sus dedos en mis mejillas para acercarme a su rostro. —No vales nada. No eres nada. Ni siquiera vas a la universidad, porque para lo único que sirves es para fregar, limpiar y ponerte de rodillas. —El puñetazo que recibí en el ojo hizo que cayese hacia atrás, aunque sus compañeros me sujetaron mi ojo latía fuerte. —¿Te duele eso? ¿Huh? ¿¡TE DUELE!? No, no te duele. ¿Sabes qué tienes que hacer? Podrías morirte, o podrías suicidarte. Oh, espera... ¿Tu madre no se suicidó cuando se fue a Nueva York? Hmm... —Achicó los ojos dándose con el dedo en la barbilla. —Tu padre va diciendo por ahí que se fue por tu culpa, porque eres una inútil que no hacía nada, que no aportaba nada y que no deberías haber nacido. —Me endosó una patada en la rodilla que hizo que cayese al suelo, y luego la punta de su bota se estampó contra mi cara abarcando mi labio superior y mi nariz. —Todo lo que haces es una mierda.

—EH. ¡Dejadla en paz!

No sé qué pasó, mentiría si contase algo porque yo me retorcía de dolor en el suelo con las manos en la cara notando cómo la sangre empapaba mis manos y el dolor recorría mi rostro.

Lo último que sé es que la policía me encontró.

—Arriba, arriba. —Me dijo el agente, quitándome las manos de la cara. —¿Puedes tú sola? —Asentí, pero la realidad era que mis manos estaban magulladas llenas de sangre por caer con ellas al suelo de tierra del parque; pero conseguí levantarme. —¿Cómo te llamas? —Al otro lado del parque vi cómo a los chicos se los llevaban en un coche patrulla.

—L—Lauren. —Dije respirando agitada entre lágrimas. Él me puso un trapo en la nariz que sujeté. Cerré los ojos.

—Bien, Lauren, vamos a llevarte al hospital, ¿de acuerdo? ¿Cuántos años tienes?

blue nighttimes; camrenWhere stories live. Discover now