CAPÍTULO 16

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Ghost — Halsey

Camila's POV

A veces perdía la noción del tiempo. Estaba allí, en el mostrador, con el libro de traumatología delante y un bolígrafo en la mano. Pero era aquellas veces en las que te quedabas mirando a la nada, con la vista perdida, pensando en otras cosas y medio dormida.

Las noches en la cafetería cada vez se antojaban más aburridas. Apenas aparecían tres o cuatro personas en todo el tiempo en que yo estaba allí, pedían un café y al rato se iban. Ya Lauren casi nunca se pasaba por la cafetería, y es que según me decía, tenía muchísimo trabajo y terminaba el día agotada.

En cierto modo, yo me sentía culpable. Yo tenía todas las comodidades del mundo, cuando llegaba de la cafetería no tenía presiones. Si me echaban no pasaba nada, todo seguiría igual para mí, o incluso mejor porque no tendría que ir a trabajar por las noches.

Me gustaría hablar con Steven para ver si me distraía, pero a esa hora estaba ya dormido; o eso creía yo. Además, alguna vez que otra le pedí que viniese a recogerme a la cafetería porque tenía demasiado sueño como para conducir, pero él nunca apareció. Había aspectos de él que me molestaban profundamente, como por ejemplo aquellos comentarios micro—machistas. También quería contarle cosas y él simplemente quería acostarse conmigo, y finalmente, aquél desprecio a Lauren que sin razón aparente había tomado.

—¿Sabes que es de mala educación dejar a un cliente sin atender? —La voz ronca y tenue de Lauren me sacó de mis pensamientos. Tenía el ceño fruncido y una sonrisa en los labios.

—Oh, uhm... —Sacudí la cabeza y acabé por reírme, pasándome la mano por la frente. —Perdóname, estaba un poco ida. —La miré a los ojos y ella asintió, como si no me creyese o se burlase un poco de mí. —¿Qué vas a tomar?

—Nada, vengo a verte. —Se apoyó en el mostrador con las manos y me miró con una sonrisa. —Siempre dices que ya casi nunca me paso, pues... Estoy aquí.

—Sí... Echaba de menos pasar tiempo a solas contigo, ¿sabes? —Cerré el libro que estaba encima de la mesa y lo aparté. Lauren soltó una pequeña risa y se quedó mirándome durante unos segundos.

—Necesito darte las gracias y pedirte perdón por un par de cosas. Uhm... —Se rascó la nuca y bajó la mirada al mostrador. —Primero, gracias por curarme el labio, por aguantarme cuando vine aquí llorando, por hacer que mi hermana ahora esté bien y por invitarme a tu casa, fue increíble. Luego quiero pedirte perdón por... Mis formas. Muchas veces me enfado y, y... Quiero ser siempre yo la que lo arregle todo, la que... No dé pena, ¿entiendes? —Asentí a sus palabras con una débil sonrisa, ladeando un poco la cabeza. En cierto modo la entendía, hería su orgullo de alguna manera, y quería ser capaz de sacar adelante a su hermana ella sola. Pero, ¿no debería plantearse aceptar una ayuda ajena? Yo sí que me había planteado ayudarla. Había pensado en ingresarle a ella el dinero que yo ganaba en la cafetería, no era mucho, pero seguro que ayudaba más de lo que me podría imaginar.

—No me tienes que pedir perdón. Yo... —Solté un pequeño suspiro que se tornó en una sonrisa que intentaba esconder. —Te echo mucho de menos. Y sé que trabajas mucho pero... Quizás podríamos vernos más, los fines de semana al menos, ¿no? —Me separé del mostrador y giré para coger uno de los vasos de cartón.

—Podemos quedar cuando tú quieras. Y... No quiero café. —Eché los polvos de chocolate y vertí la leche caliente.

—No es café. ¿Crees que voy a dejar que no tomes nada con esta tormenta? —La escuché reírse y me volví con dos vasos de chocolate, señalando la mesa del fondo. —¿Nos sentamos?

blue nighttimes; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora