CAPÍTULO 7

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Jet Black Heart — 5SOS

Camila's POV

Lauren permanecía escribiendo delante de mí, mientras yo secaba algunos vasos que acababa de fregar yo misma; no me fiaba en absoluto de ese lavaplatos.

Escribía sin parar, casi arrancaba las servilletas para seguir plasmando aquellas ideas en el papel con una facilidad y rapidez pasmosas. Yo pasaba la bayeta por el interior de los vasos por el interior de los vasos, pero no apartaba la mirada de ella. Paraba un momento, tomaba aire y metía las manos en su pelo como si todo la atormentase. No lloraba, pero parecía agobiada y agotada.

Me acerqué a ella justo cuando dieron las tres de la mañana y me puse de rodillas a su lado en la mesa, con una mano en su brazo.

—Lauren, deberías irte a casa, dormir un poco, ya sabes. —Ella negó soltando el bolígrafo en la mesa, levantándose rápido al escucharme.

—No, tú no entiendes nada, ¿vale? No quiero ir a casa, no quiero. —Salió casi espantada por mis palabras al final de la cafetería, a oscuras, escuchando cómo lloraba de nuevo. No estaba en posición de que me explicase qué le pasaba, porque a penas la conocía, pero lo que sí sabía es que aquella chica estaba sufriendo más de lo que cualquier persona debería.

—Hey, escúchame, ven. —Caminé hacia ella que estaba de espaldas, con las manos en la cabeza. Puse una mano sobre su brazo intentando que se diese la vuelta hacia mí, pero terminó siendo una caricia de consuelo. —¿Quieres quedarte aquí conmigo hasta que yo me vaya y luego te llevo a casa? —Asintió derrotada, enjugándose los ojos con las manos y girándose hacia mí. Era lo menos que podía hacer por aquella chica.

—Gracias. —Musitó con voz débil y una clara mueca de dolor en su rostro, dirigiéndose de nuevo hacia la mesa donde estaba sentada.

Atendí a algunos clientes mientras ella permanecía en la mesa, dándole pequeños sorbos al chocolate que volví a calentarle. A veces, entre vaso y vaso la miraba un poco y comencé a fijarme en los detalles de su rostro. En el aro de su nariz, en sus ojos verdes que se clavaban en las historias escritas en esas servilletas y en sus manos algo rudas y marcadas, al contrario que las mías.

La puerta de la cafetería se abrió, y un hombre bajito, regordete y algo desgarbado. Estaba calvo, aunque hacía una especie de cortinilla despeinada de un lado a otro con lo que quedaba de su pelo, dándole un aspecto aún más descuidado. Además, llevaba una camisa verde que estaba manchada por varias partes.

Tambaleándose se acercó al mostrador y sin decir nada me señaló.

—Cerveza. —Entreabrí los labios. —Tú, quiero..., cerveza. —Estaba totalmente borracho.

—Lo siento, señor. Aquí no tenemos cerveza. —El hombre entrecerró los ojos apretando los puños en la barra.

Lauren apareció por detrás y casi enfadada lo cogió del cuello de la camisa, el hombre poco pudo hacer con la fuerza que ejercía la chica sobre él.

—Qu—iero... Cerveza. —Repetía mientras andaba casi arrastras con Lauren que se lo llevó al cuarto de baño.

—Lauren, ¿qué estás haciendo? No puedes tratarlo... —Abrió la puerta del baño y le acercó la cara al lavabo, abrió el grifo y con el pulgar presionó el chorro fuerte de agua para que le impactase en la cara directamente.

El tipo se removió, y mientras casi se ahogaba, ella me dedicó una mirada seria, como si supiese exactamente lo que estaba haciendo. Tras diez segundos lo levantó con la cabeza y lo empujó fuera del baño.

blue nighttimes; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora