ÚLTIMO CAPÍTULO

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Lauren's POV

Si me dijesen hace un año y medio que ahora estaría tumbada en una playa de México, probablemente no me lo creería. Tampoco me creería a la chica que tenía a mi lado, o que tenía amigos, o quizás, tampoco me creería no estar pasando frío.

Camila, Dinah y Normani estaban de pie en la orilla mientras hablaban. Ally, por desgracia, no pudo venir; se había enterado de que estaba embarazada una semana antes y no sabía si era conveniente viajar. Me alegraba por ella, no era tan joven como nosotros, tenía ya 25 años y le quedaba sólo un año para dejar de ser interna.

—Vaya. —Murmuró Calum. Estábamos los tres tumbados en las toallas, mirándolas a ellas de espaldas.

—Sí... —Suspiré yo, observando cómo Camila se colocaba mejor el bikini.

—Yo no digo nada. —Murmuró Michael, haciéndonos reír a los dos. —¿Qué? Miradla, por fin puede ir a la playa.

—¿Habláis de mí? —Dinah se giró con el ceño fruncido, y dio una patada al agua para lanzárnosla.

—¡AH! ¡Que no hemos dicho nada! —Gritó Michael tapándose la cara. Yo me levanté de la toalla, y caminé hasta la orilla, pero Calum fue más rápido y se enganchó a Normani que estaba de espaldas.

—Esto es un novio lapa. —Era más bruto que Michael que simplemente agarró de la cintura a Dinah con cuidado.

—Espérate a Lauren. —Oí que murmuraba Camila, y al llegar le di la vuelta y la cogí en brazos, corriendo dentro del agua hasta que caímos. Al salir, comencé a darle besos en la cara, y ella me apartó riéndose. —YAAAAAAAAAAAAAA. Basta.

—¿Habéis visto que no me quiere? —Camila se enganchó a mi brazo al escucharme, dándome un beso en el hombro.

—Cállate. —Dijo provocando mi risa y las de los demás.

—¿Os dais cuenta de lo que significa este momento? —Comentó Michael. Nos miramos entre nosotros, sin saber qué quería decir. —Todos hemos superado algo este año. Calum la enfermedad de su madre, Normani volvía a tener ansiedad y malos pensamientos, Dinah malos tratos, yo una depresión, y Lauren... —Se quedó en silencio mirándome. —Tú has superado demasiadas cosas que no sé por dónde empezar.

—La única que no ha superado nada he sido yo. —Camila se encogió de hombros, acariciándome la cicatriz del costado.

—Has hecho mis problemas y los de ellos los tuyos propios.

*

Cuatro meses después

—¿Qué tal hoy en la universidad? —Preguntó mi madre mientras cortaba unas zanahorias en la cocina.

—Muy bien. Dimos literatura española del siglo de oro. Alucinante. —Rachel, que estaba en el salón jugando, corrió hacia mí con su muñeca en la mano. —Oh no, ¿quieres que juegue contigo otra vez?

Ti, tiene que juga. —Se agarró a mi mano y fruncí el ceño, sintiendo cómo tiraba de ella. —Vamooo.

—Rachel, quiero comer. Quiero dormir. No quiero jugar. —Dije poniéndome de rodillas delante de ella, que no me hizo ni caso, porque aplastó la muñeca contra mi cara.

Juga. —Y salió corriendo de nuevo al salón.

—¿Eso era una amenaza? —Me levanté del suelo y escuché la risa de mi madre, que asintió para darme la razón.

Subí a mi habitación y dejé el portátil en la mesa y la mochila en un rincón de mi habitación. Reparé en todos los libros que había en la estantería, y ya casi iba por la mitad. El que más me gustó fue un libro en el que una madre soltera intenta cuidar de su hija sin apenas medios, eso me tocó bastante, me reflejaba en él.

blue nighttimes; camrenWhere stories live. Discover now