CAPÍTULO 14

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Lego House - Ed Sheeran

Lauren's POV

Cuando vi el nombre de la doctora en la consulta se me dispara el corazón del pecho. Es como esas veces en las que ves que el profesor ha subido una nota a la página del instituto, o cuando te preguntan eso de '¿te gustan las chicas?' cuando aún no estas fuera del armario.

Cabello fue lo que leí. Pero mi corazón dio un vuelco, porque así era el apellido de Camila, pero... No podía ser ella, ¿verdad? Tanta coincidencia no era bueno.

Cuando vi quién abrió la puerta supe que enía razones para que el corazón se me hubiese puesto en la boca porque sí, sí que era Camila. No llevaba el típico traje de enfermera, bueno, quizás porque eso sólo existía en las fantasías fetichistas de un empresario japonés, y además porque Camila no estudiaba enfermería, estudiaba medicina. El uniforme era azul oscuro, con la camisa de pico y manga corta, el pelo recogido y una gran sonrisa.

—Hey, pasa. —Se apartó de la puerta para que yo entrase con mi hermana en brazos.

Cuando entré en la consulta y ella cerró la puerta, me di cuenta de que aquella era la chica de la cafetería, y que era una persona totalmente distinta. Es decir, era la misma Camila, con su idéntica sonrisa, pero en otra faceta que yo desconocía por completo.

—¿Qué le ocurre? —Miré a mi hermana que estaba pegada a mi pecho. Su calor hacía que mi pecho sudase.

—Tiene mucha fiebre, apenas quiere comer, ayer estuvo vomitando y... Estoy preocupada. —Dije con una mueca, notando cómo Rachel se retorcía en mis brazos haciendo pucheros.

—Está bien, ¿puedes tumbarla en la camilla? —Sin decir nada, me acerqué y dejé a mi hermana tumbada, que estiró los brazos hacia mí para que la cogiese de nuevo.

—No, Rach, ahora tienes que estar quietecita. —Camila se colocó el fonendoscopio en las orejas mientras me miraba, levantó la camiseta de la pequeña y lo colocó en su pecho. Rachel se retorció al notar el frío del metal, comenzando a hacer pucheros y apretar los puños.

—Ya está, ya está.  —Dijo de manera dulce, bajándole la camiseta del pijama. La volví a coger en brazos y ella se enganchó a mí, apoyando su cabecita en mi pecho. —Lo que tiene es un virus común. —Dijo caminando hasta sentarse detrás de la mesa, observando su ordenador con el ceño fruncido. Yo me senté frente a ella.

No podía parar de mirarla, los mechones de pelo caían a los lados de su cara por la coleta que llevaba hecha,  resaltaban los pendientes de perlas blancos que hacían juego con su sonrisa.

—¿Cuánto lleva así? ¿Ha tomado algún medicamento? —Me costaba procesar lo que me decía porque verla con ese uniforme se me hacía tremendamente... ¿Maravilloso?

—Pues... He llegado del trabajo y ya estaba así, por lo que no puedo decirte. —Miré a mi hermana y aparté el pelo que caía en su cara, dándole un beso en la frente.

—Mmh... —Torció el gesto y entrecerró los ojos mirando la pantalla, mirándome de nuevo a mí. —¿Me dejas su tarjeta sanitaria? —Asentí rápidamente y, llevé la mano a la mochila que había puesto en el suelo. Se me hacía difícil abrirla con una sola mano, y tras medio minuto intentándolo, Camila se levantó. —Deja, ya la cojo yo. —Cogió la mochila que le di, abrió la cremallera y cogió la tarjeta.

—No sabía que los estudiantes de último año tenían consulta propia. —Dije intentando sonreír un poco, viéndola mover los dedos rápidamente para introducir los datos de mi hermana.

blue nighttimes; camrenWhere stories live. Discover now