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Lauren POV

—Lo siento mucho. —Escuché una dulce voz a la vez que sentí un pequeño peso en mi pecho. Al abrir los ojos observé a Camila que estaba apoyada en mí con mucho cuidado. Ella estaba sentada a mi costado con el cuerpo agachado para que solamente su cabeza me tocará sin lastimarme.

—¿Por qué? —Dije en voz baja. Camila al instante levanto la cabeza y me vio directamente a los ojos. Pude notar unas lágrimas caer por sus rosadas mejillas. Odiaba verla llorar, no me gustaba saber que sufría, porque yo quería que ella estuviera bien, libre de todas las culpas que la perseguían.

—Has despertado. —Ella levantó su mano y acarició mi mejilla. Las manos de Camila eran tan suaves, sentía electricidad ante su suave toque. Ella no tenía la más mínima idea de lo que pasaba en mi interior. ¿Y cómo no iba a hacerlo? Si recién había aceptado que sin importar lo que pasará estaba cayendo ante Camila y no había vuelta atrás.

—No es mi fantasma quien te está hablando. —Dije cerrando los ojos por un momento para disfrutar de su toque.

—Lo siento Lauren, no quería que las cosas sucedieran de esta forma. No mereces esto…—Camila seguía pensando que esto había sido su culpa. Pero en todo momento había sido una decisión propia. Una decisión mía de seguirla y una decisión de los lobos de torturarme tan solo por el simple hecho de ser una pantera, un animal que podría darles información de la ubicación de mi gente pero que no lo hizo.

—Basta, si te seguí fue porque tenía que asegurarme que ibas a estar bien, fue mi decisión. —Le aclaré, no quería seguir escuchando como seguía culpándose.

—Pero yo…—Camila trató de decir y yo me levanté un poco de la cama, hasta quedar sentada frente a ella.

—Silencio. —Dije poniendo mis dedos en sus labios, de los cuáles no salió ni una palabra más.

—Sé que esto no es un cuento de hadas. Lo sé muy bien pero ese primer beso me llevó al más maravilloso de los cuentos a pesar de las circunstancias. —Camila abrió los ojos sorprendida por mis palabras y noté que estaba evitándolo, evitando llorar, pero al final sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa.

—¿No vas a decir nada? — Continúe y es que habían pasado unos segundos, pero Camila no decía palabra alguna.

—Pero me has dicho silencio. —Ella levantó los hombros quejándose, pero lo había dicho de una manera tan tierna que me daban ganas de comérmela a besos.

—Eres tan adorable. —Dije a la vez que se me escapaba una risa.

—Lauren, yo también sentí cosas al besarte. Aunque no he tenido tiempo para pensar en eso por todo lo que ha pasado. —Cuando Camila dijo eso, deje de reír. Al tan solo escucharla decir que ella también había sentido cosas, me había llevado a las nubes.

—Estamos en la comodidad de mi cabaña. —Toqué mi cama suavemente y los ojos de Camila se posaron en mis manos.

—Lo sé. —Dijo a la vez que levanto la mirada y me daba una pequeña sonrisa.

—¿Puedo besarte? —Pregunté y Camila abrió un poco la boca por la sorpresa, pero al final terminó asintiendo.

Me importo muy poco mi estado y mis heridas otra vez, yo quería besarla, sentirla una vez más. Cuando nuestros labios se unieron, sentí flores creciendo en mi interior. Aunque creo que ese término era errado, porque Camila era el maldito paisaje. Me incline un poco más y ella con duda puso una mano en mi rostro. Ese gesto fue mi perdición, porque la tomé de la cintura y ante su sorpresa la levanté para que sentara sobre mí. Camila se inclinó mucho más y cuando sentí que no podía más, ella abrió un poco más su boca. Nuestras lenguas se juntaron lentamente, empezando los besos profundos. No sé en qué momento la temperatura de la cabaña había subido hasta sentir que me quemaba, pero no me importaba bajar hasta los infiernos por ella.

Big Bad Wolf » CamrenWhere stories live. Discover now