Aquellas historias de cuentos de hadas siempre quedarán pequeñas ante el nuevo mundo, lleno de lobos y otros animales que hablan. Secretos escondidos detrás de un ataque que sucedió años atrás y una futura guerra. Lauren y Camila se encontrarán en e...
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Tara POV
Lauren tenía una esposa, a la cual amaba con profundidad y no podía evitar haberme sorprendido por sus palabras, esas palabras que me dejaron en un trance porque de alguna extraña manera me había fijado en ella, en una pantera que estaba bajo el cuidado de Suka.
No entendía a la perfección su situación, pero no quería preguntarle muchas cosas porque sabía muy bien que ella me atacaría con sus preguntas también y yo, no podía darle ninguna respuesta, porque sabría que eso me costaría muy caro.
Incluso liberarla me iba a costar demasiado, pero tenía que hablar con Lawrence y tratar de que entendiera que Suka no debía ser más bienvenido en el complejo, porque él debía tratar directamente con el dueño del circo y no con un payaso más. Ya era hora de que impusiera un límite a todo lo que llevaban haciendo, era momento de terminarlo.
—¿En qué piensa tanto Doctora Wells? —Escuché la pregunta de mi madre, lo que me hizo levantar el rostro. Yo estaba sentada en la silla, que se encontraba frente a mi escritorio.
Observé cómo mi madre dibujaba en algunos papeles que le había dado momentos atrás. Entonces me levanté de mi asiento, acercándome a la mesa y sentándome a su lado, mirando de reojo como ya había terminado la cena que le había dado, porque los platos estaban a un lado completamente vacíos.
—Te he dicho muchas veces que me llames por mi nombre, madre. —Tome su mano, apretándola suavemente y mirando de pasada, los dibujos que ella estaba haciendo. —Sabes que yo siempre voy a ser tu hija, no importa lo que pasé afuera de estas paredes. Eres mi madre y te amo con todo mi corazón.
—No importa nada de lo que pasé allá afuera porque no hay nada que valga la pena. —Respondió ella con tristeza y yo me sentí tan mal, de volver a ver a mi madre tan decaída, por todo el dolor que ella cargaba desde hace mucho tiempo. —Pero tú siempre serás mi pequeña Tara y si te hace feliz llamarme madre, yo no soy nadie para quitarte esa felicidad.
—Daria todo lo que pueda por liberarte, por evitar que sigas aquí como una persona sin identidad, me encantaría que recuperarás tu vida, porque te lo mereces, mereces conocer el mundo que hay allá afuera. —Dije sintiendo la impotencia apoderarse de mí, me sentía fatal de verla mal, así cada cierto tiempo y sobretodo al ver como había dibujado un pequeño bosque tan hermoso para ser verdad.
—No tengo motivos, conocí lo que tuve que conocer y simplemente debo esperar a reencontrarme con mi familia. —Me aclaró, pasándome una hoja con un color, para que yo también dibujará junto con ella.
—¡Oh madre! —Exclame, soltando un fuerte suspiro. —No hablemos de muerte otra vez, debería ser un tema prohibido entre nosotras.
—No debemos tenerle miedo a la muerte, es solo un nuevo camino. —Dijo ella, volviendo a concentrarse en su dibujo. —Yo no tengo algo que me motive a salir, pero la chica que conocí hoy día, si necesita de tu ayuda. Lo puedes ver en su mirada, está desesperada por salir de aquí.
