La vida después de él

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Actualidad.

Cloe

Amor... ¿Qué es el amor? ¿una simple palabra, un sentimiento, una expresión, algo pasajero o algo duradero? Dicen que el amor lo puede todo, dicen que el amor lo cura todo, que el amor todo lo supera, que el amor es lo mejor que nos puede pasar en la vida... pero lo que no nos dicen es que también te daña por dentro, te destruye y se lleva todo a su paso en el proceso dejándote sola y vacía, al igual que un rosa marchita.

Para mi pensar, el amor es algo más profundo, algo de lo que no somos conscientes, algo de lo que no somos capaces de explicar y cuando menos lo esperas ya estás en sus garras y por más que quieras no es fácil de escapar; por supuesto, no sin antes sufrir en el proceso.

La vida después de él, ha sido como salir en medio de una tormenta en busca del sol: difícil, dañino e imposible. Es como luchar contra la furia de un tornado que lo pasa destruyendo todo y derrumbando el camino a su paso, llevándose con él las sobras de mi ya desbaratado corazón.

Si pudiera volver el tiempo atrás, cambiaría el día en que lo conocí, no me importaría estar sola pero con mi corazón entero, a estar aún más sola que nunca y con el corazón hecho trizas.

–¿Estás lista Cloe?– me pregunta el sacerdote tomándome desprevenida.

–Enseguida salgo.– le contesté dentro de la capilla.

Me levanto de la banca y camino hacia la entrada que me dirige hacia un extenso jardín en donde ya varias personas están reunidas, rodeando su ataúd.

Aliso mi falda negra y me aproximo hasta el micrófono colocado frente a su cuerpo inerte. Perder a mi padre ha sido la segunda cosa más devastadora que me ha tocado sufrir.

Limpio una pequeña lágrima que se ha escapado y comienzo mi discurso sin ver a nadie en especial: –Gracias a todos los presentes– trago duro tratando de controlar mi voz y me obligo a continuar. –Felipe ha sido la mejor persona que la vida pudo haber puesto en mi vida, él simplemente era extraordinario, me gustaría poder describirlo mejor, pero la verdad es que "extraordinario" abarca bastante: Extraordinaria la forma en la que cuidó de mi, extraordinaria la forma en la que siempre estuvo a mi lado día con día, extraordinaria la forma en que sus ojos me miraban con...– vuelvo a tragar saliva y limpio las lagrimas de mis mejillas con el dorso de mi mano. –... Amor. Nunca me dejó sola y ahora la vida, así como lo puso en mi camino me lo ha quitado. Sin duda la vida después de él – y de Greg. Pensé. –no volverá a ser la misma– respiro hondo y continúo: Padre es el que cría no el que engendra.

Dicho esto me regreso por el mismo camino de donde he venido, negándome a seguir sufriendo con ver su cuerpo encerrado en esa caja, sobre todo cuando él siempre fue una persona libre.

Pequeños y distantes aplausos se escuchan detrás mío y el sacerdote continúa con lo suyo.

Horas después llego a mi solitaria casa, he preferido venir caminando y sentir el cálido aire sobre mi rostro ayuda un poco a despejar mis ideas. Ahora que papá ya no está, no sé qué será de mí.

Estoy a punto de entrar cuando escucho a alguien hablarme–Hola Cloe, ¿que tal tu día?– pregunta mi vecina, Naty.

¿Qué tal mi día? ¿Acaso esto es un chiste, eso es lo mejor que se le ocurre preguntar? Acabo de ir al funeral de mi padre, acabo de dar el peor discurso de mi vida. ¡Cómo se supone que debería de sentirme! ¿Bien? ¡Claro que no! y ¿Eso es lo único que ella dice?.

–Bien. Gracias– le respondo furiosa sin verla mientras me dirijo al buzón que está en el jardín delantero.

–Lamento mucho lo de tu padre, fuimos a su funeral pero no te vimos por ningún lado– dice Naty, mientras riega el jardín de su entrada. Naty ha sido mi vecina por años, desde que tengo memoria, siempre fue amable y ahora que lo pienso bien, no es justo que me comporte así con ella.

–No te preocupes, es que me fuí caminando.– admito un tanto avergonzada con una sonrisa de lado.

Naty me responde con una pequeña sonrisa de consuelo diciendo:  –Si necesitas algo, sabes en dónde encontrarme.– Asiento con la cabeza mientras tomo la correspondencia del buzón y entro a la casa.

Me siento en el sofá y me dispongo a separar los sobres por secciones; ofertas a la basura, gastos con los pendientes pegados en la refrigeradora y... Hasta abajo un sobre blanco membretado sale a la vista.

Frunzo el entrecejo con curiosidad, dejo lo demás a un lado y me fijo en este extraño y misterioso sobre, no lleva remitente sólo se lee en tonos dorados y con pequeña letra cursiva: "Para: Cloe Anderson", me debato entre abrirlo o no. Pero mi defecto número uno siempre ha sido la curiosidad.

Lo giro entre mis dedos y lo abro. Al desplegar la solapa, mi rostro queda lívido al ver que se trata de una invitación para la boda de Greg y Caroline.

Mis ojos se inundan mojando el papel blanco que llevo entre dedos, sentimientos encontrados, plasmados en un pedazo de papel si vida, pero que al leerlo, miles de emociones se cruzan en tu rostro... Eso fue justo lo que sentí al leer esta nota que se llevó el sigilo de mi llanto.

Ver su partida dejó un enorme hueco en mi corazón, me he sentido tan vacía por dentro todo este tiempo, y ahora al imaginarme sus suaves labios sobre los de ella al decir "acepto". Pulveriza lo poco que había en mí. 

Conocerlo a él, fue el mejor sentimiento que a la puerta de mi corazón ha tocado. Con él podía tocar la luna y las estrellas, y con solo estirar una mano era tan fácil alcanzar el cielo, con él yo era otra... Hasta que se fué con ella y dejó una interminable agonía en mi pecho que aún duele con solo respirar.

Y ahora tiene el descaro de invitarme a su... boda?.

Rompo la invitación en pedazos frustrada por este maldito corazón que aún se emociona de solo ver su nombre.     

Al Otro Lado De Mi Vida © ✔️Where stories live. Discover now