Besame

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Cloe

Después de pasar días durmiendo sobre una superficie dura y fría, mi cuerpo agradece cuando me acuesto sobre esta suave cama que se siente como la gloria, mis músculos resentidos descansan por fin, la tensión en mi cuello parece desvanecerse poco a poco mientras permanezco acostada boca arriba con los ojos puestos en el techo. No he dejado de temblar desde hace un buen tiempo y necesito un cigarrillo con urgencia así que me pongo de pie perezosamente en busca de uno pero no hay nada y los nervios están haciendo un desastre de mí, sé bien que en cualquier momento voy a colapsar.

Vuelvo a recostarme de nuevo esta vez de lado apoyando mi cabeza sobre una reconfortante almohada, si Nithan piensa que voy a obedecerlo está loco, quiero mantener el poco orgullo que aún tengo.

Me quedo en la misma posición por varios minutos, no sé bien cuántos con exactitud y estoy por quedarme dormida cuando el dolor en mis costillas me recuerda el por qué estoy aquí y la postura se ha vuelto insufriblemente incómoda, me pongo boca abajo tratando de aliviar el dolor cuando mis manos acarician el fino cobertor que tengo a mi lado, mi cuerpo pide a gritos que me sumerja en el por al menos un minuto así que obedezco a las enormes ganas de cerrar los ojos para olvidarme de todo y me acuesto tapándome.

Divago tratando de alcanzar el sueño observando los pequeños detalles de la habitación la cual está pintada en tonos cálidos, el amueblado de madera es de color caoba, todo luce igual al de un solsticio de verano. Un pequeño cuadro que está justo sobre la cabecera llama mi atención, en el hay plasmadas dos manos sostenidas en el aire, una cerca de la otra intentando tocarse.

Tan cerca y tan lejos.

Todas las persona hablan de lo maravilloso del amor, del exquisito sentimiento de estar enamorados, que la vida en el amor es todo de color rosa, que siempre después de cada tormenta hay un arcoíris... en fin, para muchas personas el hecho de amar a alguien, o el hecho de ser amados es algo divino. Al contrario para mi, el enamorarme de Greg fue una difícil batalla de la que he salido devastada y ahora que lo pienso, la vida me ha hecho una mala jugada estos últimos años, se ha llevado lo mejor que habitaba en mi vida dejándome destruida, sola y sin nada que perder, ya no me queda nada porque luchar y la miseria de la soledad ha dejado mi corazón destrozado y en miles de pedazos.

Estoy vacía y hundida por dentro. Ya no encuentro motivo alguno por el cual vivir, luchar o salir adelante y con cada paso que doy, me caigo de vuelta y doy tres hacia atrás... Mi vida siempre después de él ha sido como andar en arenas movedizas.

Cloe.– una voz susurra a mi oído. –Nena, soy yo mírame...–su voz me transmite urgencia al hablarme. –Tenemos que irnos, vamos despierta. No tenemos mucho tiempo, despierta y mírame. Estoy aquí nena, vamos, deprisa...

Pequeñas y suaves caricias viajan por mejillas rozándolas con gentileza de arriba hacia abajo y eso me relaja, quiero que siga y no pare, es acogedor sentir un poco de gentileza después de tanto tiempo estando sola.

Lo siento nena, no tenemos mucho tiempo así que voy a subirte a mi hombro. ¿De acuerdo?

–Mmmm...– me quejo.

Te ves muy hermosa durmiendo y sabes que me gusta verte así, pero es necesario que nos vayamos. ¿De acuerdo?– vuelve a preguntar.

–No pares, se siente bien sentir tus caricias de nuevo sobre mí– le contesto aún con los ojos cerrados negándome a abrirlos y afrontar la realidad de que todo sea un sueño. –Mi amor, créeme que muero por tenerte entre mis brazos el resto de mi vida y nunca dejarte ir de nuevo, perderme en tu aroma...– Suspira. –Pero justo ahora tenemos que irnos antes de que envíen a más hombres.

Al Otro Lado De Mi Vida © ✔️Onde histórias criam vida. Descubra agora