Sin Palabras

186 11 0
                                    

Cloe

–Es una linda tarde– el señor Valvoa habla viendo a nuestro alrededor. Estamos caminando en el patio trasero de la enorme casa, el jardín es bastante extenso y ahora ha dejado de nevar. No sé exactamente en donde me encuentro, si no fuera por la situación en la que estoy podría comenzar a sentirme cómoda puesto que este lugar es como un pequeño paraíso.

–Estoy de acuerdo.– respondo y mis ojos captan un árbol alto y robusto justo en el medio. Ese debe ser el roble del que habló Nithan.

–Si gustas podemos sentarnos un rato y conversar.– ofrece cuando llegamos hasta unas bancas posicionadas debajo del gran roble. Imagino que en verano ha de ser muy agradable y tranquilo sentarse aquí, bajo la sombra del único árbol.

Nos sentamos en bancas distintas, él se sienta frente a mí con una pequeña mesa por el medio de ambos. Es un hombre bastante alto y debo de admitir que también es apuesto, sus ojos son grisáceos y grandes, su cabello es marrón y su tez es bronceada.

–Hay muchas cosas que no sabes aún Cloe– Me habla con cautela mirando su celular. No sé bien qué pensar, qué hacer o cómo actuar frente a él.

–En realidad, estoy viviendo una vida que desconozco por completo y no está demás en que usted me ayude a entenderla un poco.

Sus ojos suben y me miran atentos. Eso me pone muy nerviosa.

–¿Estás lista y segura de saber toda la verdad para darle sentido a tu vida?– pregunta colocando su mano debajo de su barbilla pensativo. Su mirada es seria y no veo nada más que eso.

–Todos saben cosas de mi vida mucho antes de que yo las viva, todos saben muchas cosas que desconozco, todos me hablan como una niña pequeña, todos me prometen decirme la verdad y que confíe en ellos...– suspiré llevándome las manos al rostro. –¿Por qué debería de confiar en usted?– concluyo de decir viéndolo de la misma forma en que él lo hace.

–Soy tu padre Cloe.

No es una nueva noticia para mí escuchar eso, pero aún me impresiona demasiado el saber que tengo enfrente al hombre que posiblemente me dio la vida. Mis manos tiemblan.

–Ahora sí estoy más que segura de saber qué es lo que todo el mundo me oculta.

–Debes entender que es complicado decir todo lo que estoy por explicarte Cloe, hay cosas de las que eres ajena desde que eras una bebé.

Oírle mencionar esas palabras sumado al cansancio que aún siento hace que miles de preguntas se formulen en mi cabeza comenzando a nublar mi visión y con mis manos temblorosas me aferro fuerte en el asiento de la banca armándome de valor y viéndole fijamente le digo:

–¿Qué me garantiza de que realmente eres mi padre? ¿Cómo sé que debo creer todo lo que va a decirme? ¿Por qué debo de confiar en ustedes? ¿Por qué me tienen aquí? ¿Qué quieren de mí?– mi respiración se torna un poco entrecortada por la rapidez en la que hablo.

–Empecemos por el principio.– hace una pausa y saca algo de su abrigo. –Toma– dice entregándome unos papeles. Extiendo mi mano y los sujeto viéndolos atentamente.

"Partida de nacimiento" leo en el encabezado de la primera hoja. "Padre: Saint Orlando Valvoa Anderson. Madre: Naila Margareth Stone Wood. Hija: Cloe Hayley Valvoa Stone."

Esto está mal.

Inspecciono de arriba a abajo la hoja entre mis dedos y trago saliva al ver la autenticidad del documento, es exactamente igual a la partida de nacimiento que tengo en casa a excepción del nombre de mis padres. O al menos eso pensé.

Al Otro Lado De Mi Vida © ✔️Where stories live. Discover now