Tenemos un Trato

196 14 2
                                    


Cloe

–¿Qué? ¡Estás loco! – grité empujándolo con fuerza pero él ni siquiera se mueve un milímetro.

–Pues entonces puedes irte– se hace a un lado señalándome la salida.

–¡Te odio! – grité sollozando al darme cuenta de que no tengo otra opción y caigo de rodillas derrotada.

–Yo también te odié y mucho– hace una pausa –y la única razón por la que te dejé sola todo este tiempo fue porque quise darte tu espacio para que sanaras pero tú nunca hiciste nada por buscarme y se suponía que pasaríamos una vida juntos. ¿Recuerdas? Que te quedarías a mi lado y yo al tuyo pero te fuiste...– su voz se quiebra.

–Si lo hice fue porque ya estaba harta de que me lastimaran una y otra vez– respondo con la cabeza entre mis piernas.

–Fui un idiota Cloe eso lo tengo claro, pero fui paciente contigo y tu nunca volviste a tocarme y apenas si me correspondías los besos cuando se suponía que eras mi mujer– puedo ver de reojo que se pone de rodillas frente a mí.

–Por eso fui clara al decirte que tenía heridas por sanar pero tú rápido buscaste consuelo en medio de otras piernas– murmuro al recordar la rabia que me dio verlo.

–Nunca llegué a ese extremo Cloe...

–Oh por favor, no mientas, yo te vi...– estoy hablándole cuando su mano levanta mi barbilla y me obliga a verlo.

–Sigo amándote– dice con lágrimas en los ojos. La sangre abandona mi rostro y carraspeo al ver que no me surgen las palabras, mi mente se confunde al verlo así. –No es necesario que digas algo, el hecho de que yo te ame no significa que tú también lo hagas– se rasca el cuello e inconscientemente ya estoy pasando mis manos por su mejillas húmedas. Él me mira estupefacto sin moverse.

Cierro los ojos sintiendo su dolor en cada palabra y me eso me hace sentir culpable jamás pensé que él hubiera sufrido tanto por haberlo dejado solo, hice justo lo que Greg me hizo a mí y nadie merece sentirse así.

Me pongo de rodillas y lo abrazo, su cuerpo es tan duro y tenso bajo mi tacto que eso hace que lo abrace con más fuerza, sus manos se posan en mi cintura confundiendo aún más mi lado cuerdo, mi nariz absorbe esa loción que sigue grabada en mi memoria recordándome ese día en el que fuimos uno.

Abro los ojos viéndome reflejada en los suyos –Lo siento– artículo apenas. Sus cejas se fruncen.

–Yo soy el que lo siente, jamás le haría daño a Mia ni a ti, pero contigo siempre tengo que actuar con dureza, eres demasiado testaruda y me sorprende que estés tocándome siquiera...– lo callo con un beso sin pensarlo dos veces.

Nithan me responde y me besa tiernamente, en sus labios no percibo la lujuria que esperaba sentir, más bien percibo amor y se siente bien, había pasado meses enteros borrándolo de mi cabeza que ya había olvidado lo bien que es tener esta sensación. Poco a poco sus labios menguan el beso y suspira aún con su boca sobre la mía y rompe el beso descansando su frente sobre la mía.

–Quiero hacer bien las cosas contigo– murmura.

–Ok– respondí y lo abrazo depositando mi cabeza en su pecho desnudo sintiéndome protegida en sus brazos cuya sensación había dejado de experimentar hace mucho. Permanecemos en silencio y no es como esos silencios incómodos en los que no se sabe que decir, al contrario es gratificante para ambos que podamos sanar esas heridas que nos hicimos en el pasado.

–Iré por Mia– dice pendiéndose de pie al cabo de varios segundos.

–¡Mama!– chilla Mia al verme mientras camina agarrada de la mano de Nithan entrando por la habitación.

Al Otro Lado De Mi Vida © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora