Van Der Wiel

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(En multimedia: Greg y Zorraline)

Greg

Hoy sí la hice enojar.

–Sabes que Greg, me vale mierda lo que hagas con tu patética vida. Si piensas que tener sexo a diario con esa mujerzuela es "amar" estás muy equivocado. Un día de estos...

Me encanta cuando me amenaza, me hace sentir vivo. Ya había olvidado la sensación de la adrenalina correr por mis venas, y se siente bien. Sólo con ella me he sentido así, con vida y feliz. Me doy cuenta de que aún no sabe mentir, aún me ama lo noto en sus ojos, y es precisamente por eso que le dije todas esas putas mentiras, para que sea más fácil para ella ver el monstruo que realmente soy y así pueda olvidarse de mí.

Pero no puedo dejar de verla, me gusta que me ponga retos. Así que simplemente la veo fascinado. Paso mi lengua sobre mis labios como acto de reflejo cada vez que la tengo cerca, me vuelve loco sentirla así tan pegada a mí, desde acá puedo escuchar su corazón latir con fuerza.

Mi hermosa Cloe, nunca va cambiar y eso me gusta. Inclino un poco la cabeza para llegar más fácil a ella y siento su aliento sobre mi boca, está muy agitada y yo sólo pienso en besarla y hacerla mía sobre ese sillón hasta que grite mi nombre. Siempre quise hacer eso.

Siento mis jeans vibrar, y esa empalagosa melodía comienza a sonar, sé muy bien que es Caroline porque la puso como identificador de llamada en mi teléfono. La verdad no pienso contestarle, que se vayan a la mierda ella y todo el mundo.

Veo sus ojos cerrarse y me acerco un poco más (si es que eso es posible) estoy a punto de pegar mis labios con los suyos... pero ella se voltea inmediatamente alejándose de mí, dejándome más aturdido que cuando vine.

–Cierra con llave antes de irte– es lo único que la oigo decirme y sube corriendo las escaleras que llegan hasta su habitación. Escucho la puerta cerrarse con un fuerte golpe... Y me siento todo un idiota, éste inútil corazón todavía la ama.

Antes de querer subir tras ella y rogarle, prefiero irme y dejarla. No es justo que le haga esto. Sólo quiero que sea feliz, aún si eso no me incluye a mí y el simple hecho de estar aqui no ayuda en nada.

Salgo, presiono el cerrojo y cierro.

(...)

–Lo sé padre, lo sé, No soy ningún idiota...– apreto el volante fuertemente haciendo mis nudillos tornarse blancos mientras conduzco. Detesto oírlo hablar así, como si yo fuera todavía un niño.

–No te pases de listo y escúchame Gregory. ¿Sabes lo que "Van Der Wiel" significa?

Juro que cuando regrese, yo mismo voy a matarla por andar de bocona con mi padre. Maldita Caroline.

–Es nuestro apellido, no soy un tonto, lo sé– le respondo apretando los dientes y tratando de contenerme.

–Exacto, "nuestro" apellido. Tanto mi pellejo está en juego como el tuyo Gregory. Así que no vuelvas a irte de esa manera, y ni se te ocurra terminar tu relación con Caroline– hace una pausa mientras aprovecho a girar en U, no sé en dónde diablos estoy.

– ¿Te acuerdas de nuestro trato? Si no cumples tu parte yo me veré a obligado a romper mi parte– me dice amenazador. Y eso me hace enojar aún más...

Sin verlo venir una mancha negra pasa corriendo justo por enfrente del auto haciendo que pise duro el freno logrando que las llantas patinen... ¡!Maldito Perro!! estuve a punto de chocar a un maldito perro ciego.

–Lo tengo presente. Así que no me amenaces y ni se te ocurra ponerle una mano encima.– hablo maniobrando el timón aún con el pie sobre el freno.

Bastardo.

–Si con eso me aseguro de que vas a casarte con ella Gregory, lo haré.

Pongo el auto en marcha nuevamente y sigo conduciendo. Maldito perro.

–Y tú tampoco olvides nuestro trato. Ya en dos meses me caso con esa puta, así que ve alistando tu billetera, acuérdate de que te encargaras tú mismo en persona de darle el dinero que a ella le corresponde– una risa amarga se escucha al otro lado de la línea.

–No se me ha olvidado tú pequeña "amiguita", ¡así que es cierto que todavía la amas!– exclama burlándose.

Si tan solo lo tuviera enfrente le rompo los dientes.–Eso ni a ti, ni a Caroline, ni a nadie le importa. Tu cumple tu parte del tratado y yo cumplo la mía– le corté la llamada sin darle tiempo a contestar. 

Enciendo la radio para distraerme un poco.

Sigo manejando por la autopista sin saber a dónde voy, sólo sé que no quiero volver todavía, necesito relajarme un poco antes de afrontar la realidad de todo esto. Me he visto tentado tres veces en volver e ir a buscarla, besarla y decirle que la sigo amando, y esperar que comprenda el lío en el que estamos metidos gracias a mi padre y al suyo, y que si ella lo desea podemos irnos de éste país, escapar juntos, refugiarnos en el lugar más remoto de éste mundo en donde nadie nos encuentre y ser felices.

Suena estúpido, pero en este momento me importa una mierda. Además mi padre hará todo lo posible por encontrarme y cuando lo haga Cloe será la que pagará por todo. Tengo que conformarme con Caroline al menos el sexo no es tan malo con ella...

"Sabes qué Greg, me vale mierda lo que hagas con tu patética vida. Si piensas que tener sexo a diario con esa mujerzuela es "amar" estás muy equivocado."

Esas palabras no dejan de inundar mi mente. Recuerdo su dulce voz diciéndome eso, tratando de sonar dura pero fue todo lo contrario. Además detesto que las personas tengan la razón siempre.

Si tan sólo pudiera verla sonreír una vez más...

*Flashback*

–¡¡Cielo... Basta!! me voy a hacer encima... ¡¡para!!

No hasta que me digas porque te comiste ¡todas mis gomitas!– continué haciéndole cosquillas y Cloe no para de reírse. –Que no.... que no... ¡para! ¡déjame hablar! ¡no fui yooooo!! ¡te lo juro!!! fue Matty...– sus ojos estaban llenos de lágrimas de tanto reír mientras se apretaba el estómago con ambos brazos.

–A Matty no le huele la boca a gomitas y ¡¡sus labios tampoco saben a tuty fruty!!

–¡¡iiuuuud!! ¡¡qué asco!! acabas de besar a Matty y ahora ¡¡¡quieres besarme!!!... ¡¡aléjate!!... No Greg... ¡aléjate! ¡¡ni se te ocurra besarme!!– la tomé por ambos lados de su cintura acercándola un poco más a mí. Estamos tirados sobre el césped del jardín frente a su casa y Matty no para de correr a nuestro alrededor ladrando frenéticamente, tratando así de conseguir un poco de atención.

–Al menos Matty besa mejor que tú... aún puedo sentir su húmeda lengua sobre la mía.

–¡¡Eres un asqueroso mentiroso!! ¡¡Nadie te besa mejor que yo!! y lo sabes– había parado de hacerle cosquillas y ahora ella me miraba seria. Sus ojos se ven hermosos a la luz del día y sus labios... Sus labios simplemente deseables. Estar con ella era algo mágico, era un escape a la realidad de mi vida.

*Fin flashback*

Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos.   

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