Adicción Prohibida

4. Hasta siempre, Clarke Griffin

Con los rayos de luz entrando por la ventana e iluminando toda la habitación, Lexa abre los ojos lentamente, despertándose así de un corto pero placentero sueño. Cuando abre totalmente los ojos, se encuentra con el rostro de Clarke, que duerme plácidamente sobre su pecho, abrazada por completo a su cuerpo. Por primera vez en mucho tiempo, las ganas de despertar con un suave beso a la amante que se encuentra con ella, aparecen por su mente, provocando que su desnuda piel se erice. Pero no, no puede hacerlo, Lexa Woods no es así. Ella se acuesta con mujeres y desaparece en silencio a la mañana siguiente sin dar más explicación. Así que decidida, aparta suavemente a Clarke dejándola caer en el lateral de la cama, consiguiendo que no se despierte, y se levanta de aquella cama sin hacer movimientos bruscos. Recoge toda su ropa del suelo y se viste en silencio, observando el cuerpo desnudo de Clarke durmiendo profundamente sobre las sábanas de aquella cama. Sonríe por un momento recordando la noche anterior. Ha sido uno de los mejores polvos de su vida. Clarke es intensa, delicada pero salvaje a la vez, y ha conseguido lo que hace mucho tiempo nadie conseguía, hacer que se corriera múltiples veces en una sola noche y sintiera una exquisita electricidad recorriendo todo su cuerpo. Sopesa la idea de volver a desnudarse y meterse de nuevo en la cama con ella, ver cómo se despierta sonriendo y quizá tener un buen sexo mañanero. Pero de nuevo, sacude su cabeza alejando esa idea, y se gira saliendo de aquella habitación.

— Hasta siempre, Clarke Griffin – se despide soltando un suspiro, justo antes de cruzar el umbral de la puerta de su apartamento.

A las pocas horas, Clarke se despierta lentamente, notando lo fría que se ha quedado su cama. Estira el brazo buscando a su acompañante, pero no la encuentra. Por un segundo cree que todo ha sido un cálido y erótico sueño, pero al incorporarse, ve el chupetón que tiene en la parte interna de su muslo izquierdo, estremeciéndose al recordar cómo Lexa la había mordido y le había hecho ese chupetón entre risas. De repente se siente decepcionada por no encontrarla junto a ella, y los remordimientos caen sobre ella como un jarro de agua fría. Se ha pasado la noche entre los brazos de una chica, engañando así a su novio, con el que lleva ya algunos meses y del que está completamente enamorada. No puede entender que le ha pasado, el por qué no ha podido resistirse a aquella chica de ojos verdes, y cómo le siguió el juego tan facilmente, metiendola en su cama pese a ser una completa desconocida.

Se mete rápidamente en la ducha, intentando despejar su mente, intentando olvidar lo que aquella camarera de mirada intensa había provocado en su cuerpo. Esa chica que la había llevado a un mundo de placer hasta entonces desconocido para ella. No es que no disfrute del sexo con su novio, pero lo que Lexa le había hecho sentir, era totalmente nuevo y diferente. El agua recorre su cuerpo desnudo mientras tiembla recordando la lengua de Lexa circulando por cada rincón de su cuerpo.

— ¡Basta! — se recrimina a sí misma, cerrando el grifo y envolviéndose en una toalla para salir de la ducha.

Clarke decide que va a olvidarse de esa chica. Ni siquiera se lo va a contar a su mejor amiga. Necesita quedárselo para ella; recordar la noche anterior como una simple noche de locura. Aunque en su interior sabe que no ha sido simplemente eso.

*****

Unas horas después, Lexa se encuentra corriendo por una de las calles adyacentes a la que vive ella, con los cascos puestos y dejando que la letra de "Love me like you do" de Ellie Goulding se le clave en el alma como un cuchillo. Cada canción que escucha, le transporta a recuerdos de la noche anterior. Por primera vez en su vida, no puede sacarse de la cabeza a una chica. Y es jodidamente extraño. Se estremece solo con recordar el tacto de los labios de Clarke sobre los suyos. Corre y corre, hasta que nota sus pulmones ahogados y decide volver a casa para acicalarse y prepararse para volver de nuevo a su nocturno trabajo, con la esperanza de encontrar a una mujer que le haga olvidarse de Clarke.