48. Despacito

8.8K 427 140
                                    




ADVERTENCIA: Ya lo sabéis, mucha agua, unas bragas nuevas y nadie al rededor ;)


Su espalda estampada contra la pared de la entrada, Lexa devorando sus labios con frenesí, sus manos recorriendo su cuerpo sin descanso mientras la desnuda de cintura para arriba, y Clarke solo puede perderse en las sensaciones que todo eso le provoca. Sonríe en sus labios sin dejar de besarla, sonríe, besa y suspira, todo a la vez, porque sí, porque lo siente otra vez, siente que ese es su sitio, que ese es su hogar, que Lexa es su hogar y ella quiere vivir siempre en él.

La castaña besa su mentón, atrapándolo entre sus labios, y ella suspira de nuevo, suspira soltando un suave gemido, porque los carnosos labios de Lexa, que ahora saborean su piel bajando por su cuello como si fuera el mejor de los manjares, despiertan cada parte de su cuerpo, la aceleran, su pulso, su respiración, que se va agitando cada vez más con cada beso y cada caricia. Y es que Lexa no se separa de ella ni un milímetro, acaricia sus brazos, sus hombros, baja suavemente por sus omoplatos, restregando sus yemas por encima de sus pechos ahora desnudos, rozando con devoción sus pezones, agarrando sus pechos con ambas manos, apretándolos dulcemente, mientras sus labios y su lengua se pierden por su abdomen. Enarca su cuerpo levemente separándolo unos segundos de la pared cuando nota como Lexa mete la lengua por la cinturilla de su pantalón, acariciando con su lengua de lado a lado la piel que esa prenda cubre.

Lexa baja rápidamente sus manos soltando sus pechos, y en un veloz movimiento, baja sus pantalones y su ropa interior a la vez, a lo cual Clarke levanta un poco sus piernas para que la castaña pueda sacarle del todo las prendas y los zapatos, mientras Lexa besa suavemente sus piernas acompañando a la ropa, restregando sus mejillas por su piel desnuda, oliéndola, lamiéndola, estremeciéndola por esa completa devoción hacia ella que muestra con esos gestos tan íntimos. Está desnuda, completamente desnuda en la entrada de su casa, apoyada en esa pared, pero muy lejos de sentirse vulnerable, se siente una completa diosa solo por ver cómo Lexa la mira agachada entre sus piernas con todo el deseo del mundo, sonriendo sobre su ingle cuando suelta un gemido al notar el calor de su aliento en esa parte tan sensible, y apoya también su cabeza en la pared cuando nota esa caliente boca besando su intimidad, introduciendo lentamente su lengua entre sus pliegues, saboreando su humedad con lentitud, soltando un placentero gemido que vibra por todo su sexo. Y Lexa no deja de mirarla mientras lo hace, y baja un poco su rostro para clavar sus ojos en ese precioso verde oscurecido por el deseo, adora ver a Lexa entre sus piernas, adora ver cómo sus ojos sonríen cada vez que ella suelta un gemido o se muerde el labio para intentar contener sus jadeos. Recorre su intimidad con toda su lengua, hasta que llega a su centro, donde empieza a jugar con la punta de su lengua en él, dejando que Clarke contemple los restos de su humedad en ese músculo que se mueve con rapidez, haciendo círculos en ella, dando toques sin parar, provocando que alce el tono de sus gemidos y grite su nombre entre jadeos, sin dejar de mirarla, sin dejar de mirarse. No sabe si es por los excitantes movimientos que Lexa está haciendo en su sexo, o por la manera en la que no deja de mirarla intensamente, pero a los pocos minutos, agarra su castaña cabellera empujándola contra ella, cortando sus miradas cuando Lexa mira fijamente su intimidad, y se deja llevar en un placentero orgasmo que la hace temblar, que le hace sentir como sus piernas flojean.

Lexa se levanta con esa sonrisa socarrona tan suya, complacida por ese orgasmo que ha provocado, y agarrándola de nuevo con una mano por la nuca, la besa con ganas, dejando que Clarke se saboree en sus labios. Posa su otra mano en la cintura de la rubia y soltando su nuca, se ayuda de las dos manos para girarla en un movimiento rápido, pegando su sexo aún cubierto por su ropa a sus perfectas nalgas, Clarke suelta un excitante y ronco grito por la sorpresa de ese movimiento, y Lexa la empuja de nuevo contra la pared, haciendo que sus pechos la rocen. Pero pronto una de sus manos cubre su pecho izquierdo y lo masajea separándola un poco de la pared, y la otra se pierde entre sus labios inferiores, acariciándola con ímpetu, empujándola desde su sexo para que su culo roce aún más sus pantalones.

Adicción ProhibidaWhere stories live. Discover now