Adicción Prohibida

45. ¿Por qué te has hecho esto?

Después de dejar a Clarke en el hotel, Lexa se dirige a su casa a darse una buena ducha, cenar algo y arreglarse para ir a trabajar.

Enfundada en uno de sus espectaculares trajes, con su americana favorita de color burdeos, una camisa negra y unos pantalones tejanos también negros y estrechos que le hacen un culo de infarto, se dirige hacia aGua, con la plena intención de acabar su trabajo rápidamente y escaparse de allí lo más pronto posible para poder reunirse cuanto antes con Clarke, parece mentira que haga escasas horas que se han separado porque ya la echa muchísimo de menos, los tres meses que las separarán, realmente se le plantean como una tortura, se ha vuelto más adicta a ella que nunca, la necesita como el aire que respira, no quiere pasar más tiempo sin ella, no quiere privarse de ello nunca más, quiere esa vida con ella, quiere que le diga que sí, quiere vivir con ella, quiere una relación seria con ella, lo quiere todo con Clarke.

Y con esos felices pensamientos, entra en la discoteca que aún está vacía y se encuentra con su mejor amigo Dani, que nada más verla pega un gritito animado al verla tan feliz y se tira a sus brazos para darle un fuerte abrazo.

- Ay cariño, menuda carita de amante enamorada que me llevas, quiero que me lo cuentes todo con pelos y señales, bueno, las partes explicitas de sexo salvaje bollero te las ahorras que ya sabes que el pescado no es lo mío y me da una poquita de grima, pero quiero saber que te ha hecho esa rubia pechugona para tenerte suspirando por los rincones – vuelve a abrazarla con fuerza, haciendo reír a Lexa.

- ¡Qué puedo decir! Mi rubia es perfecta, todo es perfecto Dani, todo es tan perfecto que admito que estoy un poco cagada por si algo sale mal, pero no puedo remediarlo, la quiero, lo quiero todo con ella, quiero recuperar todo el tiempo perdido, quiero hacerla feliz, quiero esa vida con ella de la que me privé por imbécil.

- ¿Me estás diciendo que vas a irte con ella? – pregunta sorprendido llevándose una mano al pecho, separándose de Lexa para mirarla frente a frente.

- Tú más que nadie sabes que siempre he querido volver, y ahora que por fin vuelvo a ser yo, ahora que por fin me he recuperado y la he recuperado a ella, estoy preparada para hacerlo.

- Creo que voy a llorar – se abanica la cara, en un gesto exagerado que provoca que Lexa suelte una carcajada – estoy orgullosa de ti cariño, eres la mejor persona que conozco y te mereces ser feliz, sabes que te apoyo en todo, y aunque te tenga lejos no vas a librarte de mí – la estrecha de nuevo entre sus brazos, y esta vez es Lexa la que se emociona de verdad y suelta una lagrimita entre los brazos de esa marica loca a la que quiere tanto.

- Ya hablaremos de eso ¿vale? – Dani afirma con la cabeza recogiendo unas lágrimas de sus ojos – además, si yo no estoy aquí, alguien tendrá que hacerse cargo de todo esto, y no puedo pensar en nadie mejor que tú, siempre has estado conmigo, y quiero que seas mi socio, te lo mereces más que nadie.

Dani suelta un agudo grito y vuelve a abalanzarse sobre ella, haciéndola girar por los aires entre sus brazos.

- ¿Lo dices en serio? ¿Yo? ¿Dueña de todo tu imperio?

- Por supuesto, eres mi reina, nadie podría llevar esto mejor que tú, tendrás que mantenerme informada de todo e iré viniendo de vez en cuando, pero tendrás el poder absoluto, te quiero y confío en ti, sé que lo harás genial.

- ¡Ay Lexi, cómo te quiero! – la abraza otra vez, apretándola tanto que casi deja a la castaña sin oxígeno.

- Por favor, tú también no, sabes que odio que me llamen Lexi – le mira achinando los ojos, amenazándole con esos profundos ojos verdes.