43. La primera cita (III) El premio

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*ADVERTENCIA: No leer con familiares delante, aconsejo tener agua fría cerca para ir bebiendo o en su defecto tener una ducha con agua fría preparada hahaha Enjoy!





Las manos de ambas vagan por sus cuerpos semidesnudos, regalándose suaves caricias sobre el abdomen, sobre sus caderas, sobre el pecho, mientras sus labios solo se separan para coger oxígeno y solo porque es necesario, porque si no necesitaran respirar para vivir, nunca dejarían de besarse, al menos esa noche en la que la luna y la ciudad de Barcelona son los únicos testigos de cómo los cuerpos de Lexa y Clarke se hacen el amor mutuamente, bueno, al menos eran los únicos testigos hasta que las luces de un coche acercándose a lo lejos irrumpe la oscuridad de esa cálida noche.

-         ¡Mierda Lexa! ¡Viene alguien! – exclama Clarke separando sus labios, mirándola con cara de pánico.

-         ¡No jodas! – Lexa mira hacia donde se ven las luces del coche, que sigue acercándose, y entonces se da cuenta de que es un coche de policía - ¡Mierda, mierda! – vuelve a exclamar, sacando a Clarke de encima suyo, levantándose rápidamente mientras coge su sujetador y se lo abrocha como puede – coge la ropa, deja todo lo demás, tengo más mantas y velas en casa.

Y sin poder evitarlo, a Clarke le entra la risa al ver a Lexa recogerlo todo rápidamente, vestida únicamente con su ropa interior, con un aliño de ropa y zapatos entre sus manos, mientras sopla desesperada intentando apagar las velas.

-         Vamos Griffin, ¡mueve tu perfecto y precioso culo hacia el coche! – grita desesperada la castaña, empujándola varias veces una vez que ya se ha levantado, aunque sigue sin poder para de reírse ante la situación.

Se meten corriendo en el coche y Lexa se agacha en el asiento, intentando no ser vista por la ventanilla del coche.

-         ¡Agáchate! – exclama susurrando mirando a Clarke.

La rubia se lleva una mano a la boca para tapar la carcajada que amenaza con salir y se agacha como Lexa le indica, mirándola completamente divertida.

El coche pasa por su lado y aminora la marcha, por la mente de Lexa ya están pasando las imágenes de la situación en la cual las llevan a ambas esposadas al cuartelillo por escándalo público. Pero el coche policial arranca de nuevo y sigue su camino, permitiendo que Lexa vuelva a respirar y suelte un soplido.

-         ¡Joder! Ha faltado poco...me va el corazón a mil - resopla nuevamente, mirando a Clarke, y cuando ve su expresión divertida con una sonrisa de lado a lado, empieza a reírse nerviosamente sin parar, seguida de la rubia.

-         Me siento como una adolescente a la que han estado a punto de pillar haciendo una trastada – sigue riéndose, recogiendo algunas lágrimas de sus ojos producidas por ese ataque imparable de risa – ha sido glorioso ver tu cara de pánico.

-         No puedo permitirme más antecedentes penales, Griffin, no te rías de mí – dice mientras se coloca el vestido que tiene arrugado entre sus manos.

-         Oh vaya, ¿Así que Lexa Woods es una chica mala? – Clarke enarca una ceja poniendo morritos y Lexa la mira de golpe después de enfundarse el vestido, se muere con esa imagen, la rubia puede ser el ser más adorable del planeta, pero también tiene la capacidad de ser la mujer más erótica del mundo, y hasta poniendo esos adorables y sexys morritos, Lexa siente como el fuego se enciende por todo su cuerpo.

-         Vámonos a casa y verás lo chica mala que puedo llegar a ser – arranca el coche sin dejar de mirarla y Clarke se muerde el labio mirándola fijamente – joder Clarke, no hagas eso, cada vez que te muerdes el labio...uffff – resopla Lexa, poniendo el coche en marcha, dirigiéndose hacia su casa.

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