02

978 99 22
                                    

—Muy bien. Quince minutos de trote alrededor del galpón. Haremos algo express durante esta tarde.

Observé a David antes de comenzar a trotar y creí que ya no debía confiar en él.

No me encontraba confundida, todo tenía sentido... Después de todo lo que ha sucedido, los hechos de habían dado de manera extraña, como si realmente todo estuviese planeado. Pero yo no voy a caer en esto.

Un entrenamiento "express" que me había dejado incluso con un dolor en las puntas de los dedos. Él caminaba hacia la oficina de Tyler, donde se reuniría junto a él y Grant.

Necesitaba saber más de todo esto, necesitaba sentirme segura, confiar en alguien, saber que todo esto no será en vano y que no se llevarán mi vida con una absurda y confusa victoria. ¡Maldición! ¿No?
Mi vida había dado un vuelto tremendo, me había observado hace un par de días y me encontré reemplazando los tacos por unas botas, mis faldas y vestidos por unos pantalones con insignia y remeras de hombre. ¿Qué podía hacer?
Nada.

Luego de haberme dado una corta ducha y secado mi cabello para tomarlo; salí de la cabaña y esperé alguna señal de Grant.

Había un ambiente expectante, todos caminaban y observaban la oficina de Tyler, desde que había llegado, jamás había encontrado tanto silencio.
Y así se encontró el campamento durante dos días, las horas corrían y corrían, y la misión que probablemente debía haber sido cumplida aún no tenía un comienzo.

Respiré profundo observando las copas de los árboles de más allá de la línea del tren. Unos tipos cuyos nombres desconocía hoy se encontraban haciendo guardia. Yo tenía que estar presente para observar sus tácticas de escondite, pero ya no era nada que no supiera. Me sentía preparada incluso para la muerte. Aunque nadie nunca está listo para enfrentar aquel miedo.

—Si, ya es hora. Avancemos —dijo el rubio delgado. Sólo seguía sus rastros y observaba las hojas del crudo invierno quebrándose en miles bajo sus pisadas.
No demoramos en volver al campamento. Y todo igual que siempre. Silencio.

David se enconaba hacia la oficina con una bandeja de comida y un vaso de jugo, entonces corrí hasta él. No aguantaba más.

—¿Qué te pasa? —preguntó frente a mi con el ceño fruncido, molesto por mi aparición.

—Por favor ayúdame. ¿Es para Grant? —asintió —. Entonces déjame entregársela. Necesito verlo, una sola vez y nada más.

—Imposible. Si Tyler se entera probablemente sólo te tire los leones, y no he malgastado mi tiempo preparándose para que mueras así de fácil y ya.

—Escúchame, esto es serio: necesito verlo. Una sola vez, Tyler no lo sabrá.

—¿Cómo sabes que lo se enterará? Nadie lo ha visto en todo el día, puede ser que se encuentre en su oficina junto a Grant. Sería una pena que te encontraras con el.

—Entonces dile a Grant que me busque por la noche.

Sus ojos penetraban mi mirada oiga dime a quitar la vista de ellos. De soslayo sólo noté que había asentido. Entonces di la vuelta con la respiración agitada y el corazón palpitando con fuerza. Hoy volvería a verlo.

Me iría a la cabaña, arreglaría un par de papeles con la bitácora de mi día, entonces escuché: "Tienes suerte hoy. Tyler no se encuentra en el campamento"

Di la vuelta de inmediato esperando la autorización que quería oír

—Te doy cinco minutos, _____. No te metas en problemas.

David pasó por mi costado en dirección a la cocina, y luego al voltear mi vista nuevamente a la oficina... Pude verlo. Con su mano apoyada en la puerta y su mirada... Una mirada cristalina, insegura y nerviosa. No podía creerlo. Con su camisa blanca, sus pantalones grises y aquellos suspensores que siempre encontré ridículamente atractivos... Ahí estaba él observándome.

Dudaba de cada paso que daba hacia él. ¿Debía hacerlo? ¿Qué se supone que diría ahora? ¿Por qué creí que necesitaba hablar con él con suma importancia?

Tall, dark and Handsome | Grant Gustin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora