01, STAY TIL THE END

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No podía tragar ni un sólo sorbo de café, ni un sólo trozo del Cheesecake que Grant había traído.

Se habían ido, estaba sola contemplando el silencio en una casa alejada incluso de los bosques. Mi mirada pegada en la muralla y las preguntas existenciales me comían viva durante esta tarde. La hora casi llegaba. Había besado mis labios como si fuese la última vez que nos viéramos en la vida. Los dos carros habían partido por el camino de vuelta a la ciudad, llegarían a mitad de noche. Yo en cambio, debía tomar la ruta alternativa para llegar a ciudad recién durante la mañana del día siguiente.

El reloj marcaba las 20;30 horas. Tenía que partir. Las órdenes ya eran claras...

Me fui en marcha con el vehículo por el camino de tierra. No podía dejar de sentirme mal por lo que sucedería mañana, sin embargo, dudaba de la palabra de Grant.

Los árboles aparecieron en el camino haciéndome compañía, desapareciendo y quedando atrás al igual que el tiempo cada vez que la vida sigue. El débil sol de la tarde se ocultaba a lo lejos, tras las montañas oscureciendo mi camino.

No habían rastros de otros vehículos, deseaba que un pequeño conejo se cruzara para ayudarme a reaccionar, no lo atropellaría de todas formas. Con el correr de las horas mi visión comenzaba a cansarse, las ganas de dormitar un par de horas comenzaban a hacerse notorias cada vez más...

        —El camino es largo —pensaba. De momento el paisaje cambiaba y a lo lejos, en el horizonte, las luces tras las pequeñas colinas eran intensas. Ya no faltaba mucho, el correr de las horas habían transcurrido con velocidad.

Una estación de servicio se encontró a unos metros razonables, no dudé en detenerme a descansar por un par de horas. Estacioné a un costado y me acomodé. "Cinco minutos" me había prometido; realmente mi alarma marcaba una hora, sería suficiente para volver. La madrugada escondía el brillo de las estrellas avisando que dentro de un par de horas el sol asomaría sus rayos dando comienzo a un nuevo día...

Cerré la puerta luego de darle el sorbo al café y lo dejé a mi costado, pues el viaje continuaba. El camino ahora marcaba un eje de calzada en su centro y los letreros indicadores de distancia me avisaban que la ciudad ya estaba a un par de kilómetros más adentro.

La carretera ahora tenía vías adyacentes; en cuestión de minutos me encontraba en una pista de circulación con autos adelante y tras mío. Tuve que pagar una tarifa para poder entrar a la ciudad por la ruta.
Las calles ya estaban siendo transitadas, me encontraba en la ciudad. Aparqué el auto en el estacionamiento de un edificio a unas tres cuadras del operativo. Mi estómago se apretó al recordar a Grant. Miré los asientos traseros donde se encontraba el arma que Grant me había dejado, un chaleco antibalas con la inscripción de CNI en su espalda. Me arreglé antes de bajar tratando de disimular mis nervios.

Caminaba entre la gente como si nada estuviese a punto de suceder. Noté que fuera del edificio donde trabajaba antiguamente había un par de hombres disimulando bastante mal, y otros que jamás se pensaría que estaban involucrados.

—¿_____? —preguntó uno de ellos al notar que pasaba por su lado. Asentí observando a mi alrededor mientras acomodaba mi cabello. Le enseñé la tarjeta antes de que soltara mi brazo y diera la señal por el radio. Guiñó un ojo incentivandome a continuar el camino.

Abrí la puerta de cristal y entré al edificio donde una secretaria se encontraba tecleando. Observé a mis alrededores, fue como si nada hubiese sucedido. De momento todos esos recuerdos volvieron a mi y un escalofrío recorrió mi espalda; aquí podía haber quedado mi cadáver si Grant no me hubiese obligado a ir con él, pero no eran momentos para ponerse a pensar en el que habría pasado sí.... No, no había tiempo para eso,

Tall, dark and Handsome | Grant Gustin Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum