IX. Navidad

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Estamos a 25 de diciembre, nunca creí que la navidad la iba a pasar encerrado con mi Kechu y Edgar, tenemos una semana atrapados aquí, lo único que hacemos es ejercicio y escuchar la radio por si hay alguna señal de vida ahí fuera, pero hace 3 días que no escuchamos nada, pero seguimos viendo por el balcón cientos de zombis que pasan por los alrededores como si estuvieran buscando algo, y como creo que somos los únicos aquí probablemente nos estén buscando a nosotros, hasta ahora solo han golpeado un par de veces la reja del primer piso, la comida todavía no es problema ni el agua, así que todavía vamos a estar bien por un rato, pero el hecho de no salir nos está volviendo locos, las horas se nos hacen eternas, pero no somos niños jugando a cazar zombis en un videojuego, esto es la vida real, si nos muerden de seguro que estamos muertos, no hay botón de reinicio.

Son las 4 de la tarde y al parecer es otro día donde no pasa mucho, lo único que podemos hacer es lo mismo que hacemos desde hace una semana ejercicio, si no hiciéramos ejercicio probablemente ya nos habríamos vuelto locos. Tenemos una mancuerna de 20 lb. Y otra de 15 lb. También tenemos una barra.

 ¿Crees que haya alguien con vida en la ciudad Armando? — Me pregunto Edgar que salió al balcón donde estaba yo.

 No lo sé, pero tal vez algunas personas se quedaron en sus casas y las aseguraron al igual que nosotros.

— Esperemos que así sea, de lo contrario no quedara nadie a parte de nosotros con vida.

 No puedo creer que el mundo se haya ido a la mierda en menos de un mes.

 Se veía venir, con tantas guerras y tantos experimentos, solo era cuestión de......

Edgar fue interrumpido antes de terminar la frase por un humvee que atravesó la calle a toda velocidad disparando a los zombis.

— Kechu ven rápido algo esta pasando aquí afuera. — Le dije gritando para que viniera.

— Soldados al parecer todavía siguen peleando. — Los dijo el cuándo llego.

El humvee estaba disparando sin cesar, uno tras otro los cuerpos de los zombis estaban cayendo después de que los hacían pedazos con una ametralladora calibre 50 que tenía el humvee en el techo, todo iba muy bien hasta que un niño que no podía tener más de 12 años se les puso enfrente y el conductor con hizo que el auto se volteara y fue a dar contra un auto que estaba abandonado después de tratar de dar un giro a esa velocidad, la persona que estaba disparando quedo partida a la mitad después de que el auto le cayera encima, el conductor trato de salir pero cuando lo hizo 4 zombis ya lo habían atrapado y empezaron a comerlo, los aullidos de dolor del sujeto eran desgarradores .

En tan solo 5 minutos nuestra única esperanza se había desvanecido, por el ruido cientos de zombis más se empezaron a acercar, ya no quedaba ni rastro de los soldados, pero, a lo lejos podíamos distinguir algo.

 ¿Qué es eso que esta allá? — Nos preguntó Kechu, que al parecer vio algo.

 ¿Donde? no veo nada.

 Ahí, a lado de la puerta del conductor del auto donde se estampo el humvee.

 Ah, ya lo vi - le dije a Kechu. — Creo que es  un arma.

 Tenemos que ir por ella, nos puede ser muy útil. Sera muy difícil con tantos zombis cerca pero vale la pena el riesgo.

 Edgar tiene razón, pero no podemos ir nada mas así, no es un paseo por el parque, necesitamos un plan. ¿Se te ocurre algo Armando?

 No, nada, por ahora podemos esperar a que se despeje un poco la zona, y cuando queden pocos zombis tratar de tomarla, y si tenemos tiempo revisar todo el auto, para ver que encontramos.

Pandemia Z [COMPLETA]Where stories live. Discover now