Después de un largo tiempo nos quitaron las capuchas que nos habían puesto en la cabeza para no poder ver a donde nos llevaban, cuando abrimos los ojos, vimos una habitación llena de velas y un grupo de cinco personas que se nos quedó viendo fijamente, nuestras manos estaban atadas y uno de los sujetos que en sus manos leva un rifle de franco tirador dio un paso al frente y comenzó a hablar.
— ¿Quiénes son ustedes y de dónde vienen? — Nos dijo el sujeto con el rifle.
— Solo somos viajeros, venimos de una ciudad muy lejana de aquí, estamos en busca de nuestros padres, pero nosotros nacimos en esta ciudad. — Le empecé a decir al sujeto.
— ¿Cómo se llaman?
— Yo me llamo Armando, el de mi izquierda es Edgar y el del otro lado es Kechu. Pero, ¿como le...
— Shhhhh, Yo hago las preguntas y ustedes las responden lo más claro posible, ¿Entendieron?
— Sí señor. — Le dijimos al mismo tiempo por coincidencia.
— Así que, Kechu, ¿es un sobrenombre o algo por el estilo?
— Sí señor, mi nombre es Jesús. — Le dijo Kechu que no mostraba ningún temor.
— ¡Muy bien! Se preguntarán porque les disparamos y porque estamos los tenemos atados así, pues la respuesta es sencilla, no los conocemos, no sabemos nada de ustedes y venían armados, así que tenemos que tomar precauciones. Mi nombre es Alex Sánchez, yo y mis compañeros somos o éramos, como quieran tomarlo, soldados mexicanos, pertenecientes a la fuerza armada vinimos aquí por una misión de exploración, pero nos quedamos atrapados, no tenemos mucha munición, ni alimentos.
— ¿Pero por qué se quedaron en la ciudad? Podrían irse en cualquier momento, ¿Que los detiene? — Le pregunto Edgar un poco acelerado.
Uno de los otros sujetos nos desato las manos y nos dijo que nos pusiéramos de pie, después de eso Alex nos dijo que lo siguiéramos, abrió una puerta de oculta y salimos lo que parecía el interior de una iglesia, sin duda estamos dentro de la catedral.
Recorrimos los pasillos siguiendo a Alex, los asientos los habían quitado y solo había camas individuales militares y en ellas muchas personas heridas, enfermas o mayores de edad. Miraba desesperada mente a las personas que se encontraban ahí con la esperanza de encontrar a nuestros padres o algún familiar, pero no tuvimos suerte, nadie en la catedral era alguien que nosotros conociéramos, así que lo único que sentí fue decepción y frustración, pero ya no me importaba nada, lo único que tenía en mente es encontrar a alguien que pueda ayudarnos a proteger la única oportunidad que tiene la humanidad de ser salvada y ya la habíamos encontrado o por lo menos eso pensamos.
Subimos por unas tablas inclinadas hasta estar a la par de una ventana de donde probablemente el francotirador nos disparó, miramos hacia afuera, el número de zombis por la zona se había incrementado bastante y ya había parado de llover.
— Cuando se despeje tenemos pensado salir en busca de alimento a un centro comercial cerca de la salida de la ciudad, y ustedes nos tendrán que acompañarnos.
— No podemos hacer eso, tenemos que hacer algo más importante. — Le dijo Kechu a Alex que volteo bruscamente.
— Creo que no me explique bien, no tienen alternativa si quieren probar que son de fiar y si demuestran lo contrario tendré que matarlos.
— Tenemos que encontrar una radio para contactar con personas que puedan ayudarnos, hemos encontrado a alguien inmune al virus. — Les dije sin pensar las consecuencias.
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Pandemia Z [COMPLETA]
Science FictionFinales del año 2020, todo es tranquilidad hasta que un extraño virus empezó a convertir a los humanos en zombis y todo tu mundo cambia radicalmente, de pronto pierdes a tus amigos, familiares y conocidos, nada es como antes, las grandes potencias m...