Capítulo veintitrés «principito»

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«♪»

E-en serio no espero que pienses que... bueno, YoonGi, lo siento... yo... JiMin no es molestia... mu-mucho menos... —Apretó el cinturón de su gabardina con nervios.

— Tranquilo, NamJoon, sé que tú y SeokJin quieren pasar un tiempo... ya sabes. —YoonGi levantó las cejas un par de veces y su amigo le soltó un suave golpe seguido de reproches.

Habían pasado unas semanas más y el día de aquella segunda cita de NamJoon y SeokJin había llegado, su madre, sin embargo, no iba a aceptar que el mayor saliera así, por lo que pensó que un "saldré con mis amigos y llevaré a JiMin" funcionaría y así fue. Por lo que, nervioso, le preguntó a YoonGi si podría recibir a  su hermano esa tarde, aunque, por ser fin de semana, no se verían en la escuela o en el parque, sino en la casa del mayor.

El timbre sonó y NamJoon acomodó el cuello de su camisa para ir a abrir, al hacerlo se sintió suavemente abrumado ante la imagen del mayor, no sabe si es que se arregló especialmente o si es que así es su personalidad que le da un toque único, presionó el pomo de la puerta y sonrió aceptando el abrazo que SeokJin y la sonrisa de JiMin. El menor de los tres se adentró con cautela, su hermano no le había explicado a dónde iría así que se hallaba nervioso, encontró un sillón negro, una mesa pequeña y una televisión un poco grande, caminó aferrándose a su mochila y sonrió feliz al ver a YoonGi entrando, entonces corrió y le abrazó.

JiMinnie... —SeokJin le llamó— no hagas enojar a YoonGiJiMin negó muchas veces— no rompas nada... —JiMin volvió a negar— no llor--...

JiMin no es un niño... —Reprochó YoonGi.

SeokJin se sintió un poco mal, él no quería decir eso, asintió cerrando los ojos pensando que sí, JiMin jamás se había portado mal, jamás rompía algo y si lo hacía solía llorar, así que confiaba en él, sólo que se sentía un poco nervioso de dejarlo en una casa que no era la suya o la de algún conocido directo.

«♪»

Pasados los minutos de que se fueron, el menor estaba inspeccionando la casa, sus dedos rozaron la delgada tela de las cortinas y YoonGi jaló la pequeña cadenita situada en uno de los laterales haciendo que ambas cortinas se abrieran, permitiéndole ver las bonitas luces de la ciudad y el bonito cielo del atardecer, su corazón dió un pequeño vuelco porque era la primera vez que veía una casa cuyas ventanas no tuvieran barrotes, todas las ventanas de su casa tenían enormes barras atravesadas y cuando iba a visitar a su tía no le dejaban acercarse, sólo escuchaba gritos y la ya cansada palabra "peligroso".

Después de verlo, caminó hasta el librero y sus ojos viajaron de uno a otro, del más grueso al más delgado. Tocó el más fino, porque tenía una pequeña cadenita adornada con una estrella en la punta. YoonGi le miró un poco admirado... recordó que NamJoon dijo que el menor podría ser sensible ante las letras.

— ¿Quieres leerlo? —JiMin miró a YoonGi, realmente quería, él sabía leer y según su papá sabía hacerlo muy bien, pero su mamá siempre le quitaba los libros cortesía de su papá o sus tíos, porque decía que era una pérdida de tiempo, cuando él quería leer algo debía acudir a su mamá, porque, según ella, sólo así podría entenderlo. Por lo que asintió y sacó el libro pensando que YoonGi lo leería y le explicaría, sin embargo le dejó el tomo en sus manos y se fue a sentar, rápidamente le siguió—. ¿Puedes leer en voz alta? quiero escuchar.

guardian angel ›› ymWhere stories live. Discover now