Capítulo sesenta y seis «roto»

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«♪»

El tirón fue tan fuerte que el cuerpo del menor jaló, sin querer, al mayor, ambos, por el movimiento, cayeron de espalda sin embargo fue JiMin quien, sin saber por qué fue arrastrado casi medio metro. Cuando YoonGi se incorporó con rapidez encontrando así a JiMin con su pantalón blanco sucio con pasto y tierra, todas las personas —adultos, jóvenes y niños— mirándolos asustados por el grito y el tironeo violento y además vio...

A aquella mujer.

Con ropa fina pero el rostro bañado en lágrimas, sostenía bruscamente la mano de JiMin.

— Mamá... —trató de mencionar el menor pero lo único que sintió fue otro tironeo con la misma violencia.

— Le dije... le dije a tu padre que salían mucho... no confiaba... —gritoneó ella entre jadeos por el constante llanto que aun bañaba su rostro, sin pensarlo miró su pecho encontrando la cámara y su rostro se tornó rojo por la ira contenida en su pecho, tomó la cuerda de la misma y tiró de ella varias veces lastimando así el cuello de JiMin pues trataba de quitársela a toda cosa— ¡¿Qué haces con esto?!

JiMin tenía el rostro contraído por el dolor y el miedo, negó tratando de aferrarse a su cámara, sin embargo sólo consiguió que su nuca se viera rojiza por la fricción tan rápida contra la correa y sus dedos rojos por la presión ante el aparto. Falló al querer mantenerla consigo y lo único que vio fue al aparato desprenderse de su cuerpo y a la mano de su madre azotando la negra cámara contra el suelo rompiéndola.

¡Señora! YoonGi sentía que todo pasaba tan rápido, pero no podía evitar analizar todo, el rostro lastimado del menor, su muñeca que seguramente tendría marcas por las uñas largas que se incrustaban en su piel. Sus ojos llenos de pánico— ¡¿Qué está haciendo?! —Trató de acercarse para tomar a JiMin pero simplemente la vio girándose arrastrando al menor.

— ¡YoonGi! —JiMin gritó lleno de terror, no quería pensar qué estaba pasando por la cabeza de su madre, simplemente no quería irse con ella.

— ¡Espere! —YoonGi corrió tratando de aminorar la situación, JiMin lo había llamado sin el apodo y con el grito lleno de terror en sus cuerdas, sus ojos desorbitados sólo reflejaban el gran shock que significaba tener que verse en esa situación. Él pensó que podrían arreglar las cosas con calma, no hacía falta violentar a JiMin— espere, por favor, lo está lastimando.

La mujer se giró y frunció sus delineadas cejas, estaba dispuesta a responder, sin embargo sólo caminó con fuerza tironeando más de JiMin quien tropezaba momentáneamente hasta llegar al vehículo negro. No estaba lejos, así que sólo abrió la puerta, aventó con brusquedad al menor haciéndolo caer contra los asientos traseros y cerró la puerta colocando los seguros al instante. JiMin no lloraba, no porque no quisiera, sino porque el miedo era más grande, así que cuando cayó dentro del coche sólo pensó en incorporarse y tratar de abrir, lo intentó con todas las puertas, incluso pasándose de manera torpe al asiento del copiloto y del conductor, golpeó las ventanillas un par de veces, se sentía indefenso, atrapado, temeroso.

— ¡¿Yo le hago daño?! —La mujer había girado mirando a YoonGi— ¡Tú eres el único que ha dañado a mi hijo! —Gritó golpeando su pecho.

YoonGi trataba de controlarse, no debía armar una escena peor frente al pequeño que se encontraba tratando de escapar del coche.

— Señora... entiendo por qué piensa eso... pero si me deja explicarle... —su hablar se vio cortado por una fuerte bofetada que dolió, incluso más, por las uñas largas que rasgaron su piel.

guardian angel ›› ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora