DUE

7.8K 366 3
                                    

Las pequeñas y puntiagudas rocas se adentraban en mi piel, como si fuese miles de dagas atravesando mis pies. Pude divisar que era un bosque, muy grande y desconocido para mi.



Paré de correr, no sabía a donde me dirigía y ese vestido no me permitía ir un poco mas rápido. El sabor salado de mis lágrimas se impregnaban en mis labios, deje que siguieran su camino. Daba vueltas en el mismo lugar, lo había notado cuando los árboles que antes había pasado, se repetían una y dos veces de la misma forma. Entonces supe qué: era inútil. Nunca sería lo suficientemente fuerte como para detener todo esto, me sentía mareada, asqueada, dolida por todo lo que se acumulaba a mi alrededor.



Las ganas de gritar aumentaron pero, ¿para qué? Nadie estaba allí para ayudarme. Me veía encerrada en mi propia pared, miles de arboles estaban a mi alrededor. Y maldije un montón de veces cuando mi miedo crecía más y más, dejando el rastro del temor en mi respiración.



Se escuchaban zancadas enormes detrás de mi. No sabia que mas hacer, mis pies sangraban con cada paso que daba.. y no tenia un plan que seguir en mi mente. Me deje caer en la solida tierra, mientras unas manos se posaban en mi brazo apretándolo tan fuerte que gemí del dolor.



Me arrastraba, me arrastraba tan brusco que unas ramas rasgaron mi muslo izquierdo. Me llevo a cuestas hacia una casa abandonada, donde todo estaba sucio y a la vez oscuro.



Gritaba y gritaba, pero cada esfuerzo era en vano. No salía nada audible de mi garganta y aquello me desesperaba, las lágrimas no cesaban. Apretó su agarre, mirándome fijamente a los ojos pero su cara no me era visible.



Se acercó a mi rostro logrando que mis lágrimas aumentaran cada segundo más, hasta dejar mi vista borrosa, su nariz vagaba por mi mejilla, haciendo que el miedo creciera mucho mas. Sus manos paseaban por mis muslos subiendo mi vestido descaradamente.



—Siempre seras mía —grité, grité y grité más fuerte. Unos brazos me removían fuertemente, podía oír mis propios gritos.



 —¡Cassie, maldita sea! — abrí los ojos de golpes, mientras que el río en mis mejillas se mezclaban sin pudor alguno con la piel en mi cuello. <Todo fue un sueño, me dije mentalmente. Sólo fue un sueño.



—¿Luke? —dije mientras me apretaba en su pecho y sollozaba, se sentía cálido algo que nunca había sentido anteriormente. Quería saber si esto era real, si verdaderamente estaba abrazada a lo único que en ese momento me protegía. Necesitaba eso como consuelo —Luke.



—Sólo fue un sueño. Ya estoy aquí —dijo él mientras besaba mi cabeza, me pude tranquilizar un poco. El calor corporal de Luke me brindaba la protección que no había sentido meses atrás, y aquello era satisfactorio. Más que satisfactorio, era necesario.

Enamorada de su acosador |Luke Hemmings| EDITANDOWhere stories live. Discover now