Enamorada de su acosador |Luke Hemmings| EDITANDO

VEINTISEI

Luke's point of view.

Sentía los nervios carcomerme por dentro, eran las 2 de la madrugada y no podía siquiera pegar un ojo. El vago recuerdo de las veces anteriores en la que Cassie se había ido de mi lado, hacían que mi mente se bloqueara, impidiéndome pensar con claridad lo que debía hacer.

Una enorme presión se alojó en mi pecho, era consciente de que si en aquel noticiero apareció su foto y un sinfín de cosas más, la policía iría pisándome los talones, a mi y a Jared por igual.

Apoyé mis codos en mis rodillas y enterré mi cabeza en el pequeño hueco que quedaba, tenía que protegerla aunque fuera lo último que hiciera, no era tan fuerte como para soportar otra vez que ella se alejara.

Unos pequeños pasos me sacaron de mis pensamientos, sabía que era ella y las ganas de estrecharla en mis brazos se hicieron más y más insistentes, pero reprimí esas ganas. Me incorporé en el asiento y observé como su pequeño y delicado cuerpo se dirigía hacia su habitación.

Tenía que mostrarme fuerte enfrente de ella, no podía mostrarle que estaba impaciente y nervioso, que tenía el miedo alojado en mi, no quería trasmitirle mi desesperación, quería que ella me viera calmado.

Quería que ella pensara que tenía todo bajo control, aunque no lo estaba. Pero a veces hay que meterse a la fuerza, cosas en la cabeza para poder creerlas.

Minutos después subí a mi habitación y opté por vislumbrar hacia la ventana. Esa noche llovía al igual que las demás y la única luz que había era la de la luna.

  -Pero ¿qué mierda?.

Murmuré al ver cerca del muelle un auto negro, conocía ese auto. Sabía quienes estaban ahí y entendía que no era para nada bueno.

  -¡Demonios!.- susurré pasando mis dedos por el pelo, me sentía frustrado.

Jared entró por la puerta y por sus gestos pude entender que él también lo había visto. Tomé el arma que tenía debajo de la almohada y la coloqué en mis pantalones, estaba dispuesto a matar a esos hijos de perra de una vez por todas.

  -Se han ido, Luke.- balbuceó.

Pero mi nerviosismo estaba al tope. Asentí y bajé al primer piso, tenía que estar bien seguro de que nadie estaba merodeando alrededor y que estábamos los tres a salvo, pero más ella que nosotros dos.

  -Quédate aquí.- le dije a Jared, apuntándolo con mi dedo indice.

  -No dejaré que vayas solo, Luke.- lo miré con enojo y este asintió.- Ten cuidado.

Asentí.

Con cautela abrí la puerta principal, el frío viento me golpeó la cara con brusquedad. Tanteé en la pared en busca del interruptor, lo encendí.

No había nada, solo se escuchaba el viento rugir de una forma espantosa y la lluvia caer. Seguí caminando en dirección hacia el muelle, en el mismo lugar en donde hace minutos atrás estaba el auto. Me paré en seco y observé atónito la pequeña caja roja que estaba en el suelo.

  -No la abras Luke.- me volví hacia Jared y lo fulminé con la mirada.

  -¿Qué parte de quédate no entiendes?.- grité.

  -¡Lo siento! - exclamó, alzando sus brazos al aire.- ¿Si? Cassie está dormida y yo, no dejaré que estés solo, sabiendo que esos hijos de perra están atrás de ti.

  -¡Vete de aquí, Jared!.- gruñí.

  -No, ahora. ¿Qué es esa mierda?

Me encogí de hombros y me volví hacia la caja. Me mordí el labio, esos hombres no jugaban cuando amenazaban pero no me intimidaban.