Enamorada de su acosador |Luke Hemmings| EDITANDO

FINALE

Hemos llegado al final, así que recomiendo que se pongan comodas y a leer. Recuerden que FALTA EL EPÍLOGO, pueden dejar sus comentarios y sus votos, besos. Espero que les guste tanto como a mi. :**

Los nervios me calcomían por dentro, no era para más, minutos más tardes tenía que subir al estrado y dar mi declaración acerca de mi relación con Luke y eso simplemente hacía que tronara los dedos de mis manos en tan solo unos segundos y repitiera la acción el resto del día.

Iba a cumplir mi palabra y me iba a alejar de Luke, pero me era imposible alejarme del todo. Después de la discusión que tuvimos en la cárcel, fui directamente a la casa e intenté calmarme, repitiéndome mentalmente que tenía que mostrarme serena ante todo.

No era una muy buena combinación que digamos, estaba triste y tenía mucho miedo, y eso me hacía sentirme aún peor.

Respiré hondo y me planteé mentalmente a relajarme, el abogado, minutos atrás me había dicho que tenía que tratara de mantener la calma, ya que el abogado de la otra parte era un buitre e intentaría comerme viva, pero confiaba bastante en mi como para saber que haría las cosas bien.

Sin embargo sentí una inmensa pelota alojarse en mi garganta mientras caminaba, muchos ojos se posaron en mi, pero yo mantenía los míos clavados en la parte trasera de la cabeza de Luke.

Me mordí el labio con fuerza al verlo ahí, tan indefenso, tan... Él.

No sabía exactamente si era conexión, pero cuando giró su cabeza y miró fijamente a mis ojos, tragué con dificultad y clavé con fuerza las uñas en la palma de mi mano, para evitar las enormes e interminables ganas de estrecharlo en mi cuerpo y no dejarlo escapar.

Volví la mirada hacia al juez, el cual miraba con cautela mis pasos. Éste era de algunos cuarenta y tantos años, a leguas se notaba que tenía un carácter duro y frío, lo que me hacía estremecerme.

Fue peor al chocar mis ojos con una mirada perspicaz, por sus facciones estaba claro que aquel hombre alto, con pómulos marcados y con ceño ferozmente fruncido era, Richard Des.

Uno de los abogados más intimidantes de Texas. Habían cotilleos acerca de que el hombre, nunca antes había perdido un caso y eso me asustaba, aunque mi declaración podía ayudar a Luke, no estaba tan segura de que con semejante águila en acecho las cosas estuvieran bien.

Era todo un dilema.

Y estaba hecha un manojo de nervios.

Mi testimonio iba a ser de suma importancia, ya que si declara a favor de Luke, su sentencia sería un poco más baja. Y si quería lograr que Luke saliera de la cárcel en menos tiempo de lo previsto, tenía que hacer las cosas bien.

  -Que pase al estrado la señorita Vicini.- dijo con firmeza Robert Smith el abogado de Luke.

A largas zancadas me acerqué hacia el estrado. En donde el secretario de la corte tendió un libro en sus manos, a lo que pude ver que era una biblia.

Igual que en las películas, solo que ésta vez era yo quien participaba, y la que estaba hecha puro nerviosismo. Me mordí el labio con fuerza al escuchar al chico hablar en voz alta.

  -¿Jura usted, decir la verdad y nada más que la verdad?.- preguntó éste.

  -Lo juro.- dije al cabo de unos segundos. El chico se retiró y divisé como Robert se acercaba a mi a pasos lentos. Me dedicó una media sonrisa y suspiré con cautela, intentando esconder mis nervios y también intentando ignorar la penetrante mirada de los ojos azules que tenía enfrente.

  -Señorita Vicini. ¿Desde cuándo conoce usted al señor Hemmings?

Preguntó, aclaré mi garganta y clavé mis ojos en los color miel que tenía delante de mi, el cual estaba en espera ansioso por mi respuesta.