Enamorada de su acosador |Luke Hemmings| EDITANDO

QUINDICI

De camino a la casa de Athan había evitado a toda costa el quedarme dormida, a pesar de que la señora se veía muy amable, no me fiaba ni de mi misma. El trayecto, se hacia cada vez interminable y desconocido para mi, nunca antes había estado en un lugar como ese.

Al llegar a la casa de Athan, se puso totalmente eufórico. Se abalanzó sobre mi logrando que tambaleara en el acto, pero lo abracé de regreso. Aunque estaba destrozada, me dolían los pies.. El cuerpo entero en sí, sin embargo no mostré a Athan ningún signo de cansancio.

-¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estas pálida? ¿Por qué tienes la ropa tan s..

-¡Athan! -grité sin mucho animo, arquee una ceja y lo miré sorprendida -Deberías considerar que respirar un poco antes de soltar tu monólogo a veces funciona. Créeme.

Haciendo caso a mis palabras, respiro hondo cerrando sus ojos. Los abrió al cabo de unos segundos y se sentó a mi lado.

-¿Donde diablos estabas Cassie? -balbuceó observándome detenidamente.

Me encogí de hombros y me dispuse a contarle a Athan todo lo ocurrido con Luke, desde como comenzó todo hasta ahora. Cada cosa, cada segundo que pase con él, ocultando la parte en la que había tenido sexo con el.

-Ahora entiendo todo -ladeé la cabeza sin comprender -Claro, mira. primero, te la niegan, luego aparece él de la nada. Eso es...

-Extraño -terminé la frase por él.

-Y, ¿cómo estás? -jugué desinteresadamente con mis uñas y me relamí los labios. Inconscientemente, troné uno de mis dedos, alarmante me volví hacia Athan, mirándolo a los ojos -Ya sé, no me respondas.

Esbocé una sonrisa y me dirigí hacia su cuarto, tomé una ducha y a los pocos minutos me dejé caer en la cama, con la corrida que estaba dando podría pensar fácilmente que los mis muslos y mi trasero estaban bien tonificados.

-Puedes dormir en mi cama si deseas, yo dormiré en el sofá. Mañana iremos a la empresa de George.

Fruncí el ceño, levantándome rápidamente de la cama.

-¿George? -asintió. George, era el mejor amigo de Athan desde la universidad. Lo había visto varias veces ya que eran como uña y mugre.

-Sí, mañana buscaremos un guardaespaldas -asentí -Pero uno de verdad.