9. La feria estatal

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Alone Again Pt

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Alone Again Pt. 2 - Alyssa Reid

«Las luces de colores parecían lejanas y la música se desvanecía a medida que avanzaba por el sendero del parque

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«Las luces de colores parecían lejanas y la música se desvanecía a medida que avanzaba por el sendero del parque. La oscuridad prevalecía en el sendero que mis pies recorrían sin poderlo evitar, siendo la luz de los faroles su única iluminación.

Al final del camino, como criatura misteriosa salida de una película, se encontraba una persona con una túnica oscura cubriendo su cuerpo y ocultando su rostro. Intenté apresurar el paso para alcanzarla, pero mis pies se negaban a cambiar de ritmo.

La túnica oscura como una cortina se hizo más grande, la oscuridad creció a su alrededor hasta que consumió a la persona por completo.

De repente mis pies se detuvieron, anclándome al suelo. El pánico y la oscuridad inundaron el ambiente, hasta que mi respiración se vio interrumpida por la aparición de varias personas a ambos lados del sendero.

Entre niños y adultos las personas se acercaron cada vez más a mí, hasta que la luz del camino iluminó sus rostros y el terror me subió por la garganta. Sin ojos, no más que profundos vacíos negros, con sonrisas siniestras ridículamente largas, deformes. Demonios.

No pude moverme. Quise huir con cada célula de mi cuerpo, gritar hasta quedarme sin voz, dejar salir el miedo de alguna manera. Pero mi cuerpo no me pertenecía, mi voz no era mía, todo ocurría ahí, tan cerca y tan lejos de mí.

Solo conseguí cerrar los ojos. Recé a los dioses para que esa pesadilla terminara, para que al abrir mis ojos me encontrara en mi cuarto, protegida por mis amigos. Puse cada gota de voluntad en el gesto, con el cuerpo temblado a cada espasmo y con más frio del que creí que fuera posible sentir en esa época del año.

—Le dicen destino —dijo una voz femenina, joven y agradable, gentil, en alguna parte más allá de la oscuridad de mis propios ojos. Me sentía rodeada, con esas cosas a centímetros de mi rostro, incapaz de pensar en abrir los ojos—. Yo creo que es una preciosa historia teñida de desgracia. Ella era hermosa en más de un sentido, tú eres su sombra, lo que queda de ella. Y ahí estaré, pequeña, cuando tu destino se empañe de lágrimas.»

Kamika: Dioses GuardianesWhere stories live. Discover now