18. El mensajero del infierno

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The Greatest - Sia

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The Greatest - Sia

Mi cabeza daba vueltas y vueltas, producto del alcohol en mi sistema, además de las náuseas que todavía no se iban

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Mi cabeza daba vueltas y vueltas, producto del alcohol en mi sistema, además de las náuseas que todavía no se iban.

Sin embargo, ese no era mi mayor problema. Estábamos fuera del camper, en el estacionamiento, a un par de horas de que Kirok desapareciera y con él las harpías. Nos quedamos un momento para revisar el lugar y descubrimos que solo era una fachada, lo que explicaría la falta de normas de seguridad. La verdadera fiesta sí se estaba celebrando en el Time Square, y allá se encontraba Milky-S Boulie celebrando junto con los demás diseñadores. Era por eso por lo que nunca llegó.

—Entremos ya —apresuró Cailye, escondida tras Evan—, me da miedo esperar a que salga.

Sí, porque en definitiva Astra daba más miedo en ese momento que las mismas harpías.

—No —negó Sara—, primero debemos acordar quién le va a explicar lo que pasó.

—Lo deducirá cuando vea nuestra ropa —comentó Andrew—, el resto se explicará solo.

—Así será peor.

—No griten —intervine, frotando el puente de mi nariz—, escucho sus voces como una bocina.

Evan y Sara intercambiaron una mirada de preocupación y me miraron con la misma expresión. Todavía los veía borrosos.

—No estamos gritando, es un efecto del alcohol —dijo Evan con calma y suavidad—. ¿Sabes cuánto tomaste? Ailyn, perdí tu cuenta en la quinta botella.

—Sin duda la más responsable —dijo Andrew con un tono irónico mientras me observaba de reojo—. Bravo, líder, nos llevaste directo a una trampa aun cuando se te dijo lo que era. Qué bueno que nada podía salir mal, ¿verdad?

Le lancé una mirada furiosa y me reprimí de pisarlo. No tenía cabeza para sus comentarios en medio de la confusión y mi dolor de cabeza.

—Como si tú no lo hubieras sabido desde el comienzo —dijo Daymon, mostrando su sonrisa divertida. Incluso en esa situación conservaba su buen humor—. Solo lo dices para fastidiarla, supiste lo que ocurría todo el tiempo.

Kamika: Dioses GuardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora