La vida cotidiana puede desaparecer en menos de un parpadeo, eso Ailyn Will lo tiene claro desde que su vida toma un giro inesperado al descubrir que no es solo una adolescente, sino que es la reencarnación de uno de los siete Dioses Guardianes: un...
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Closer - The Chainsmakers
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Había aprendido a correr rápido, a moverme mucho, a estar despierta y dormir poco. Por eso, cuando salimos a la arena en lo que yo supuse era la mañana del quinceavo día de entrenamiento en ese lugar atemporal sin día ni noche, y encontramos cojines acomodados en circulo no supe si exhalar aliviada o preocuparme por el enteramiento que tenía Astra en mente.
Astra, parada en medio del círculo con su túnica sin arrugas y su pelo blanco extendido sobre su espalda, nos indicó que tomáramos asiento en medio de una sonrisa de saludo.
—La mayoría conocen la historia de los dioses —dijo ella—, pero no está de más recordar algunas cosas y mostrarle a Ailyn lo que hay más allá de los Dioses Guardianes.
Sonrió, una sonrisa cálida en su blanco rostro. Extendió los brazos, luces y polvo aparecieron en el aire, como una especie de ilustraciones. Oscuridad, pequeñas luces, luego una flor gigante y figuras humanas.
—La divinidad de los dioses es demasiado antigua, se remota al inicio de todo —explicó Astra con vehemencia—. Gea, conocida por todas las deidades como Madre Gea, fue lo primero que apareció junto con Caos. De ella nacieron los primordiales, dioses de naturaleza innegable e imprescindible, tan poderosos como Gea, su existencia sola puede destruir y construir mundos y vidas. Los primordiales son todo y nada, son absolutos. Los seres más poderosos que existen.
La ilustración de luces y sombras resaltó figuras humanoides sin rostro. De esas salieron más, ramificaciones de luz y colores.
»Ellos crearan Kamigami. —Ahora la ilustración nos mostró sol, día, estrellas y flores. Un paisaje de montañas y nubes, con criaturas antinaturales y dos soles en el cielo—. El mundo original, el primordial. Bellezas inexplicables y magia peligrosa. El mundo de los dioses, su origen y su legado.
Vi sus ojos brillar mientras la ilustración se movía y cambiaba de colores. Amor, anhelo, tristeza. Por un momento se sintió como si extrañara algo demasiado lejos de su alcance.
Kamigami. El mundo sellado, donde los dioses esperaban la puerta para salir.
Astra parpadeó, como si su conciencia volviera de su viaje. Y el dibujo cambió. Seres grandes, de características físicas peculiares y ojos vacíos.
