29. La voz de la razón

1.2K 111 137
                                    

All Of Me - John Legend - Cover Acustic

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

All Of Me - John Legend - Cover Acustic

All Of Me - John Legend - Cover Acustic

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

El amor era cálido, dulce, y ameno. Era hermoso, como una flor saliendo de su capullo, o el primer rayo de sol de la mañana, o el canto de un ave. Sublime, perfecto, redondo. El amor te daba fuerza, alegría, motivación, esperanza...

Enamorarse era diferente, era como cortar una rosa esperando que sus espinas no te lastimaran, como entrar a una jaula de leones hambrientos con no más que buenas vibras para no ser devorado. Excitante, interesante, peligroso; sabes que te puede lastimar, pero decides correr el riesgo por la recompensa al final.

Ahora entendía el sentimiento de Cailye, su miedo ahora era mío. Nunca debí arriesgarme a cortar la rosa, nunca debí entrar a la jaula sin protección.

Y ahora lo sentía, ese sentimiento que era una mezcla extraña entre tristeza, desilusión, impotencia, frustración, vergüenza, y anhelo por volver a ese punto donde me equivoqué y remediarlo todo.

En las ocasiones pasadas, cuando estaba enojada con Andrew y no quería verlo ni en pintura, se me hacía fácil evitarlo, y los demás siempre estaban ahí para que volviéramos a hablar. Pero ahora... Ahora era como si se hubiera evaporado. No lo volví a ver desde esa noche, hacía ya dos días, y de igual forma nadie lo mencionada.

Desde entonces permanecí encerrada en la habitación, por temor a topármelo si ponía un pie en el pasillo. Se podía considerar huir, y en definitiva huía de Andrew como una plaga. No tenía valor suficiente para verlo a la cara, no tenía fuerza ni para intentar salir de mi cama, y la sola idea de escuchar lo que diría me generaba un miedo inmenso en mi pecho.

Recordaba la sensación de sus labios todo el tiempo, como una lejana memoria que representaba mi sueño roto. Al menos ese momento, ese instante en que estuvimos tan cerca el uno del otro, perduraría en mi memoria por siempre. Nos besamos, y a pesar de saber que fue un error, atesoraría el recuerdo y la sensación por siempre.

Me debatía internamente entre hablarle o dejar las cosas así, por muy extrañas que fueran, ya que sentía que ambos estaríamos incomodos respecto a eso. Y aunque me hubiera encantado decirle que todo era un malentendido, de alguna forma que ni yo podía pensar, no podía mentirle respecto a eso.

Kamika: Dioses GuardianesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt