CAPÍTULO DOS

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CAPÍTULO DOS


Olivia estaba desconcertada, sentía los labios cálidos de ese hombre sobre los suyos, sentía también como él la tenía tomada del rostro y como su piel se erizaba al tenerlo cerca, se separó y lo miro, no había tenido tiempo ni de observarlo, él recargo su frente en la de ella y sus ojos la hipnotizaron

Paul –no sabes cuánto desee que estuvieras viva –Olivia lo miraba desconcertada− ¿Qué pasa Farah?

Olivia − ¿Farah? –Preguntó desconcertada− yo no –una mujer entró y se acercó al hombre−

Anabel –por lo visto no te moriste –Olivia la miro confundida, más al escuchar el tono de voz con él que le dijo esas palabras−

Paul – Anabel por favor, creo que lo mejor es que te vayas, mi esposa y yo nos iremos en taxi

Olivia − ¿tú qué? –pregunto desconcertada−

Anabel – esposa, sabes que esas palabras me lastiman –Anabel observa a Olivia y esta levantó una ceja confundida, Anabel pensaba que lo estaba haciendo a proposito− Paúl yo los espero –Olivia miró a Paúl al menos ya sabía cómo se llamaba ese hombre−

Paúl – no es necesario, Anabel gracias por todo pero ahora necesito estar a solas con mi esposa –Anabel le entrega el bolso a Olivia y esta lo tomó−

Anabel – lástima que tu plan no resulto –sonrió al decir eso y Olivia realizo una mueca de no entenderla, pero es que realmente no entendía nada−

Olivia – yo –Paúl colocó sus dedos sobre sus labios mientras la observaba y acariciaba su rostro, ese hombre la miraba con adoración ni Dante la veía de esa forma o al menos no la hacía sentir esas ganas enormes que tenía de abrazarlo−

Paúl –no digas nada, Farah te amo y sé que –Olivia lo miraba desconcertada− tu no sientes lo mismo pero –Carajos como alguien no podría amar a un hombre así pensaba Olivia al escucharlo− te juró que haré que me ames –Paúl la abrazó y Olivia correspondió el abrazo sintiendo una paz en ese momento, ese abrazo era tan re confortable que no pudo evitar llorar al recordar la muerte de su madre, todo lo que le estaba pasando era horrible y tenía mucho miedo− tranquila Farah yo siempre te protegeré –esas últimas palabras retumbaron en la cabeza de Olivia, era lo que ella necesitaba que la protegieran−



Farah se separó del beso nerviosa, acalorada, Dante la miraba con una sonrisa que la hacían estremecer

Farah –yo necesito descansar –fue lo primero que se le vino a la mente ese hombre la descontrolo con ese beso, Dante la miró sonriendo−

Dante – sí claro, Oli –Farah lo miro sonriendo encantada, aunque no era su nombre se le hacía tan lindo la forma en la que lo dijo− perdón pero sabes que desde niños me encantas

Farah – necesito descansar –Dante sonrió y la dirigió a su habitación−

Dante – quédate en está yo dormiré en la otra, espero que puedas descansar

Farah – yo también lo espero –suspiro y entró a la habitación, su cabeza daba vueltas no sabía qué hacer, ella no podía estar escondida ahí por mucho tiempo, pero por ahora al lado de ese hombre se sentía protegida−



Olivia se separó del abrazó, decidida a contarle a Paúl que estaba confundido que ella no era Farah

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