CAPÍTULO TREINTA Y UNO

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CAPÍTULO TREINTA Y UNO

–Eloísa observo cómo Farah se acercaba a ellas y por ese motivo decidió no entrar con ellas al restaurant, cuando estuvo cerca de ella decidió que era buen momento para saludarla y así evitar que Paul la viera y su amiga quedará al descubierto–

Eloísa – ¡Oli! –Se acercó a Farah y la abrazó– pero que coincidencia vernos

Farah – Eloísa –dejo que ella la abrazará para después separarse– ¿Qué haces aquí? –Preguntó sorprendida– se supone que debes estar con tu abuela

Eloísa – sí, lo sé es sólo que vine a comprar unas cosas y sabes quién mejor que tú para ayudarme a escoger

Farah – no puedo tengo que llegar a una cita –Eloísa la observó nerviosa ahora cómo evitaba que Farah entrará ahí, pero como por arte de magia el celular de Farah sonó y era un mensaje de Aidé la cuál pensó que el encuentro ya se había dado y le avisaría que tenía que cancelar el almuerzo por unos pendientes de trabajo que tenía de último momento–

Eloísa – ¿Qué pasa? –Observaba a Farah mientras contestaba el mensaje–

Farah – me han cancelado la cita –Eloísa sonrió y miró al cielo agradeciendo la buena suerte de su amiga–

Eloísa – ah perfecto –no dejó ni que Farah respondiera cuando la tomó del brazo para dirigirse a una tienda departamental, necesitaba alejarla de ese restaurant–



–Olivia entró al baño y devolvió lo poco que había desayunado, se sentía cansada y con mucho sueño, se lavó el rostro y se observó con ojeras y pálida, Paul se levantó detrás de ella cuando vio cómo la que pensaba que era su esposa se levantó del asiento, no le gustaba la mala cara que tenía–

Paul – estás bien –entró al baño sin importarle que alguien más estuviera–

Olivia – sí –lo observó y Paul se dio cuenta que estaba mintiendo, se acercó a ella y acaricio su rostro–

Paul – estás helada –Olivia sudaba– ven vamos al médico –Olivia negó, tenía un miedo infundado a los hospitales por eso el día del accidente quería irse de ahí–

Olivia – no de verdad Paul estoy bien –el celular de Olivia empezó a sonar, observó la pantalla y era Eloísa, Paul alcanzó a ver el nombre–

Paul – ¿Eloísa? –Preguntó un poco sorprendido– no pensé que tú y ella –Olivia no lo dejo terminar de hablar–

Olivia – sabes es una buena chica y –hablaba con dificultad se sentía muy cansada– Paul te molestaría si nos vamos a la casa –Paul negó–

Paul – no pero me gustaría más que fueramos al doctor

Olivia – te juro que estoy bien –Paul le dio una pequeña sonrisa–

Paul – está bien pero en estos días quiero que Antonio te revise –Olivia frunció el ceño y le dio una pequeña sonrisa, él la ayudo a salir del baño–

Olivia – por cierto estás loco –Paul sonrió y la miró con dulzura–

Paul – por ti –acaricio con ternura su nariz– así me tienes loco



–Leonor se sentía molesta con Farah no sabía porque pero esa niña había cambiado, ya no era la niña frágil e insegura que con su amor por la moda tapaba todo lo que sufría por no tener una madre y porque Oliver pensaba que todo lo que su hija necesitaba era dinero, Oliver aunque amaba a Farah nunca supo cómo demostrárselo, así que el tiempo que no podía estar con ella por trabajo lo recompensaba con dinero, regalos y viajes, Farah se volvió frívola pero Leonor sabía que bajo esa frivolidad estaba una chica noble que ella podía manejar a su antojo, pero ahora no era así, al lado de Paul Farah había encontrado el amor y eso la había hecho cambiar o al menos eso era lo que ella pensaba, pero la realidad era otra–

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