CAPITULO TREINTA Y SEIS

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CAPITULO TREINTA Y SEIS

–Julián observaba incrédulo a la mujer que estaba de frente a él, desde que salió de Oaxaca molesto no la había visto y no entendía que hacía ahí−

Julián − ¿qué quiere? –Rocío la madre de Alondra lo miró y frunció el ceño−

Rocío – Julián necesito que me ayudes –él negó−

Julián – no me interesa nada que tenga que ver con Alondra, para mí ella está muerta –Estrella escuchó a Julián molesto y se acercó un poco para tratar de escuchar que era lo que pasaba–

Rocío – pues no, ella no está muerta y te necesita, es tú deber como su esposo –Julián negó sonriendo con sarcasmo− sé que ella no ha sido la mejor esposa, pero por dios Julián ayúdala –empezó a llorar− mi hija te necesita

Julián – Lo siento Rocío pero no me interesa, lo que Alondra haga o deje de hacer no es mi problema

Rocío – por favor Julián solo tú la puedes ayudar –Julián negó con seguridad– yo sé que tú todavía –Julián la interrumpió–

Julián – ¿cómo puede pensar que la amo después de todo lo que ella hizo?

Rocío – no toda fue su culpa –Julián la observó con los ojos llenos de lágrimas– por favor –se hincó Julián suspiró y la ayudo a levantarse–

Julián – no haga eso, mi decisión no va a cambiar –Roció lloraba sin parar– sé que es su hija y le duele pero no puedo hacer nada por ella

Rocío – Claro que puedes, por favor Julián la menos piénsalo

Julián – no tengo nada que pensar, tengo un trabajo aquí, no pienso moverme solo –Rocío lo interrumpió–

Rocío – Alondra está aquí –Estrella frunció el ceño cuando escuchó eso, un miedo la empezó a invadir y decidió alejarse e ir a la cocina por agua–

Julián – me alegra por ustedes que estén de nuevo en esta ciudad, pero no me interesa si está aquí o está en la india mi decisión es la misma mantenerme alejado de ella –Rocío lo observó con dolor– y ahora no es grosería pero tengo cosas que hacer

Rocío – entiendo yo –guardo silencio– no pierdo la esperanza que recapacites –lo observó fijamente a los ojos, Julián observó dolor en su mirada y le dolió pero su decisión estaba tomada y no iba a cambiar de parecer– con permiso –Julián entró a la casa cerrando la puerta con furia, Estrella salió de la cocina y lo observó con miedo no sabía si acercarse o guardar su distancia, no tenía la menor idea de que era lo que tenía que hacer–

Estrella – ¿estás bien? –Preguntó con temor, Julián negó y estiro su mano, ella entendió lo que le estaba pidiendo y lo abrazó– no sé qué decir –expresó con sinceridad–

Julián – no digas nada sólo abrázame te necesito a mi lado –Estrella sonrió mientras lo abrazaba y él la jalaba a su cuerpo con fuerza–



–Paul y Olivia llegaron a la clínica afortunadamente para ella Antonio no estaba ahí y otro médico la atendió–

Médico – listo –observó a Olivia y le dio una sonrisa cuando la enfermera se llevaba las muestras de sangre que le habían yomado–

Paul – ¿está bien? –él Médico le dio una sonrisa y asintió–

Médico – si al parecer todo bien, sólo tenemos que descartar o confirmar sus sospechas –Olivia frunció el ceño–

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