CAPÍTULO TREINTA Y DOS

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CAPÍTULO TREINTA Y DOS

–Antonio tomó la llamada de Paul, mientras Leonor lo observaba fijamente queriendo descubrir que era lo que Paul le decía–

Antonio – ¡Bro! y ese milagro –preguntó mientras tomaba la llamada–

Paul – perdón que te moleste, sé que debes estar ocupado, pero sino fuera algo importante te juro que no te estaría llamando

Antonio – ¿Qué pasó?

Paul – es Farah –Antonio frunció el ceño–

Antonio – ¿Qué le paso a Farah? –expresó preocupado y Leonor se sentó en la cama esperando que fuera la noticia que tanto deseaba–

Paul – se ha sentido mal, sabes nauseas, mucho cansancio y no quiere ir a la clínica

Antonio – si quieres voy para allá ahora mismo

Paul – no es necesario que vengas hoy, mejor ven mañana temprano

Antonio – sí claro, a primera hora estoy ahí

Paul – gracias Antonio no sabes cómo te lo agradezco

Antonio – tranquilo sabes que yo por Farah haría cualquier cosa –Leonor frunció el ceño– y por ti –trato de cambiar lo que anteriormente había dicho, terminaron la llamada–

Leonor – ¿Qué le pasó a Farah? –preguntó sonriendo–

Antonio – sólo que se ha sentido mal pero por los síntomas –apretó los puños con furia– está embarazada –Leonor lo miró incrédula, se levantó furiosa–

Leonor – eso no puede ser, esa estúpida no puede estar embarazada –gritó con rabia– necesitamos que Paul dude que es su hijo

Antonio – no creo que eso sea posible

Leonor – claro que sí y mañana es nuestra oportunidad –Antonio la miro y frunció el ceño– tienes que seguir a pie de la letra todo lo que te diga, yo me encargo de que Paul no esté en la cabaña cuando tu vayas y –buscó en su bolsa– con esto harás que Farah haga todo lo que tú quieras –le enseño un frasco que contenía una sustancia al parecer una droga–



–Estrella llegó a la hacienda junto a Julián, está lo había invitado a cenar–

Raquel – buenas noches –se acercó a ellos y se saludaron–

Julián – buenas noches señora Raquel –le dio un beso en la mejilla– ¿le pasa algo? –observó a Raquel y se veía preocupada–

Raquel – es sólo que le hablo a Olivia y Paul para invitarlos a cenar y no me contesta y me preocupa, Pancho me dijo que cuando llevo a Paulette hay estaba la camioneta de Paul y si les paso algo

Estrella – por dios abuela debes de tranquilizarte, es sólo que Farah se sintió algo mal –Julián la observó preocupado–

Julián – pero mal ¿cómo? –preguntó angustiado, Estrella frunció el ceño y Raquel miro a su nieta esperando que siguiera hablando–

Estrella – bueno nauseas estaba muy pálida y se sentía muy cansada al parecer algo le cayó mal –Raquel sonrió– ¿por qué sonríes? No que Farah ya te cae bien

Raquel – mi amor, no hay que ser médicos para saber más o menos que es lo que tiene Farah –Estrella frunció el ceño– pero ya olvídalo, mejor vamos a cenar –Julián trató de tomar la mano de Estrella pero ella no se la dio, Julián frunció el ceño sorprendido por la actitud de esta y siguió a Estrella quien tomó la mano de su abuela–



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