CAPITULO ONCE

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CAPITULO ONCE

–Paúl estaba furioso tomó a Olivia del brazo envuelto en rabia–

Paúl – dime que eso no es verdad –Olivia lo miro desconcertada–

Olivia – suéltame Paúl me estás lastimando

Paúl – contéstame, por eso decidiste regresar porque tú amante lo tienes en la hacienda –Olivia negó–

Estrella – Paúl debes calmarte –Observó lo furioso que estaba–

Paúl – contéstame maldita sea –apretaba con fuerza a Olivia–

Estrella – Paúl suéltala –se acercó a él poniendo su mano sobre la de él– por favor yo

Paúl – tú dijiste algo, que puede ser verdad –soltó a Olivia y la miro esperando su respuesta– ¡contesta! –grito furioso–

Olivia – y de que sirve que te conteste si cómo quiera vas a pensar lo que se te dé la gana –Olivia se giró furiosa vio un caballo de uno de los trabajadores y se subió en él–

Paúl – ¡Farah! –Gritó– espera –subió a prisa a su camioneta–

Estrella – Paúl no eso puede ser peligroso –se puso las manos en el rostro– no debí decir eso

Julián – ¿la puedo ayudar en algo? –Estrella negó– ¿segura?

Estrella – si segura –subió a su camioneta y siguió a Paúl–


–Farah salió del corporativo afortunadamente nadie importante la había visto–

Farah – ¿Qué haces tomando mi lugar? –Se preguntaba pensando en Olivia– ¿Por qué nos separaron? ¿Qué hubiera sido de nosotras si hubiéramos crecido juntas? –se tapó el rostro sintiéndose frustrada–


–Paúl seguía a Olivia pero esta no se detenía, estaba molesta harta de los celos infundados de Paúl no le gustaba la forma en la que el reaccionaba–

Paúl – por favor Farah detente –bajo el vidrio de la ventanilla de la camioneta– por favor vamos a hablar –Olivia no lo escuchaba de pronto se perdió en sus pensamientos–

Isabel – mi amor –se acercó a su hija dándole un beso–

Olivia – ¿qué pasa mami? Estás nerviosa

Isabel – no me pasa nada –la abrazó– sólo que tenía tantas ganas de abrazarte

Olivia – mamá estás muy rara

Isabel – mi amor –le acaricio el rostro– sabes que eres lo más importante en mi vida

Olivia – tú también eres importante

Paúl – por favor Farah –gritó nuevamente–

Olivia – déjame en paz –le respondió con los ojos llenos de lágrimas– necesito estar sola –tomó un sendero donde la camioneta de Paúl no la podía seguir–

Paúl – ¡maldita sea! –Enfreno la camioneta y pegó en el volante–


–Estrella llegó a la hacienda con la esperanza que Paúl o Farah ya estuvieran ahí–

Estrella – ¿Dónde está Paúl? –preguntó preocupada–

Raquel – ¿Qué pasa mi amor?

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