Capítulo 4. Chico misterioso.

28.1K 1.3K 31
                                    

—¿Por qué nunca me contaste que tenías un primo llamado Zachariah?— pregunté fulminando con la mirada a Nare desde mi lugar sentada en su cama.

—Te dije que tengo muchos primos— contestó encogiéndose de hombros y tomando un esmalte de color rojo de su estante.

—Sí, bueno. Pero como que… podías mencionar que tu primo es… bueno, él. Y sobre todo que está viviendo contigo.

—¿Desde cuándo te interesa tanto eso?— preguntó mientras se sentaba a mi lado y pintaba sus uñas.

Debía parar de actuar así. Nare no es tonta y sospecharía. Aggg. Maldito Zachariah. Si tan solo no lo hubiera conocido.

—¿Y? ¿Piensas decirme algo?— insistió.

—¿Qué?— pregunto distraída. Mierda. Debía dejar de quedarme pensando o también sospecharía algo.

Suspiró de frustración.

—No importa.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Ya la hiciste— me contestó riendo.

Reí sarcásticamente.

—Hablo en serio— dije mirándola fijamente.

—Yo también— sonrió.

—Ay, yaaa— la empujé con el hombro.

—¡Cuidado mi esmalte!— gritó y me empujo de vuelta, caí en la cama y ambas nos reímos.

— Pregunta lo que quieras, tonta— dijo una vez que paramos de reír.

—Tonta serás tú. ¿Cómo es tu primo?— pregunté sentándome. La verdad que no sabía nada de él. Sólo que era odioso y arrogante.

—¿Zachariah? Oh… él… es un buen primo. ¿Por qué?

—Por nada— contesté. Me regañé a mi misma por haber preguntado eso. ¿Qué demonios me importaba a mí como era él?— ¿Por qué está aquí?

—Oh… bueno, él se peleó con mis tíos y escapó. Mis tíos prefieren que esté aquí a cualquier lado… No sé cuánto tiempo, pero sí, se quedara aquí bastante rato.

Mierda. Eso significa que me cruzaría con él muchas veces.

—¿Cuántos años tiene?— yo apostaría que tiene un par de años más que yo. Él debería ir a la universidad o tener algún trabajo.

—Diecinueve.

—¿Y por qué no está en la universidad?

—No lo sé.

Nos quedamos en silencio un rato con nuestros pensamientos.

—¿Segura que no quieres contarme nada sobre ese chico misterioso?— preguntó ella después de un rato.

—¿Chico misterioso?—levanté una ceja hacia ella.

—Bueno, ya que no me diste su nombre, pensé en llamarlo chico misterioso.

Me reí.

—Bien, pues, el chico misterioso como dices tú, se quedará en su misterio.

Nos pasamos horas hablando y Nare me invitó a cenar. Me suplicó que me quedara. Yo no quería hacerlo, no con Zachariah comiendo en la misma mesa. Acepté solo porque su mamá cocinaba increíble y era una de las pocas comidas que comía con mucho gusto.

Silvina nos llamó a comer y nos sentamos todos en la mesa de vidrio en el comedor. Ya estaba servida la comida. Esta noche comeríamos espaguetis a la boloñesa. La salsa de Silvina era la mejor. Mmmm…

¿Y si te robo un beso?Место, где живут истории. Откройте их для себя