Capítulo 17. Unas copas de más...

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—Dijo que le atraía y mucho— le dije a Margaret caminando en círculos en su habitación.

—¡Yo lo sabía! Entre ustedes hay chispa— dijo ella desde su cama.

—¿Chispa?

—El otro día no me dejaste decir mi deducción y es esta: ustedes tienen chispa. Chispa, conexión, ¿buena vibra? Como quieras llamarlo.

—¿Buena vibra? ¿Estás queriendo decir que Zachariah y yo... —junte mis dedos índices— conectamos?

Ella asintió. —¡No! Para nada. Él y yo somos muy diferentes. Él es mujeriego, engreído, es... es lindo...—me fui apagando a medida que decía las palabras— En cambio, yo soy antisocial, tímida y por supuesto que no soy lind—

—¡Ni se te ocurra terminar esa frase!— gritó Mar con furia levantándose y parándose en frente mío.

Tragué y miré el suelo. —No quise decirlo. Sólo... se me escapó.

—Si lo dices es porque lo piensas—suspiró.— Lia, eres hermosa, entiéndelo.

Ahora suspiré yo. —Eso no tiene nada que ver con este tema. Zachariah y yo no conectamos. 

—Sí conectan— dijo ella y se volvió a acostar en su cama. —Y no eres antisocial. Tienes amigas— se señaló— y amigos. Te hablas con toda la escuela.

—Por ustedes. Ya sabes que no me hablarían si no fuera por ustedes. Ellos me miran como si estuviera loca.

—Bueno, el problema es de ellos y no tuyo— señaló y sacudió la cabeza.— No estamos alejando del tema, Zachariah.

—Mira Mar, no importa si conectamos, tenemos chispa, buena vibra o no. No tendré nada con Zachariah y punto. 

—¿Por qué?— se quejó. —A mi me gusta la parejita que hacen.

—¡No hacemos ninguna parejita!— grité y le lancé una mirada feroz a través de mis gafas. 

—Como quieras, Lia— dijo levantándose y dirigiéndose hacia su armario.— Cuando yo digo que dos personas terminarán juntas, lo harán. Ahora vístete, tenemos que ir a la fiesta.

Suspiré cansadamente y miré la ropa que traje. Le había hecho caso a Zacha y había traído lo que él escogió. La camisa de gasa sin mangas con tachas, el short con tachas y los zapatos de taco alto. Esos que me hacían estar a la altura de sus ojos.

Suspiré alejando esos pensamientos de mi mente. Volví a mirar mi ropa y me vestí.

* * *

La casa de Belén era grande y... lujosa. Eso me sorprendió. Ya había mucha gente allí, bebiendo y riendo en grupos. Encontramos a Nare en un rincón hablando con Zachariah. Lo miré extrañada de que estuviera aquí.

—Hola —saludó con una sonrisa.

—Hola— sonreí devuelta tímidamente— ¿Qué haces aquí?

Señaló con la cabeza a Nare y se encogió de hombros. La miré.

—Me trajo y se coló. ¿Vamos por una bebida?

Asentí y miré a Mar. Ella negó con la cabeza diciendo que no vendría y seguí a Nare al fondo de la sala hacia una mesa en dónde estaban todas las bebidas. Debíamos servirnos.

Nare llegó y apoyó sus manos en la mesa suspirando. —¿Estás bien?— pregunté.

—Sí, sólo... —negó con la cabeza enderezándose.— Franco me dijo que vendría y aún no lo veo por ningún lado. Estoy comenzando a sospechar cosas que no quiero ni imaginarme.

¿Y si te robo un beso?Where stories live. Discover now