Capítulo 21. Secreto.

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Pensé demasiado en lo que dijo mi mamá anoche. Y lo pensé de veras. Tanto que me dormí tarde. Decidí que estaría con Zachariah. Me encantaba la sensación de esas mariposas en la pansa que sentía cuando me besaba. La necesidad de más. El estremecimiento de cuando me acariciaba. El simple hecho de que él me quisiera, lo amaba. Lo mantendríamos en secreto hasta que pudiera hablar con Nare. Debo saber por qué se pone tan histérica y decidida en que yo no esté con su primo. Así que sí, se podría decir que había aceptado a tener algo con Zachariah.

Luego del trabajo decidí ir a ver a Nare... y a Zachariah, claro.

—Vete de aquí— escuché como gruñó Zachariah. Miré hacia la casa de mi amiga Nare para verlo a él y a Franco discutiendo. Fruncí el ceño y apresuré el paso hasta que llegué allí.

—Este no es tu problema Zachariah, déjame hablar con ella— dijo Franco intentando entrar en la casa. Zachariah lo frenó.

—Sí es mi problema, es a mi prima a quien heriste.

Yo observaba todo sin decir palabra. Me estaba reteniendo las ganas de gritarle cuatro cositas a este idiota.

—Todo fue un mal entendido, déjame hablar con ella— Franco dijo lo último apretando los dientes.

Ah, no. —Sí a un mal entendido te refieres a tener tu lengua metida en la boca de una chica la que no es tu novia, estás muy mal, querido— le dije con odio.

Me fulminó con la mirada. —Tú no te metas— gruñó.

Zachariah se puso delante mío y apretó los puños.—No le hables así a ella.

Franco nos miraba de Zacha a mí y de mí a Zacha. —¿Ustedes dos...?

—Eso no te incumbe— le corté. —Y enserio, vete. Es lo mejor que puedes hacer.

Franco nos lanzó una fea mirada antes de darse la vuelta y marcharse. Suspiré y Zachariah se dio la vuelta.

—¿Pasas?— preguntó extendiendo un brazo hacia la puerta.

Asentí y entramos. Estaba por subir las escaleras hacia la habitación de Nare cuando Zachariah me tomó del brazo y me empujó contra la pared antes de besarme y hacerme sentir esas mariposas.

—Hola— dijo dándome un último beso.

—Hola— contesté sonriendo. —Esta casa es muy silenciosa. ¿Está Nare?

—Sí, y es silenciosa porque casi nunca hay alguien. Mi tío trabaja. Mi tía casi nunca está y Giuli prácticamente vive en lo de nuestra abuela— dijo.

—Entonces subiré.

—De acuerdo— dijo dándome un beso y dejándome salir de su agarre. —Luego iré a ver a mi mamá. ¿Quieres acompañarme?

Asentí. Esa señora era muy buena. —Claro, avísame cuando sea la hora.

Asintió y subí las escaleras.

***

—No puedo creer que diga que fue un "mal entendido", yo sé perfectamente lo que vi. ¡La estaba besando! — dijo Nare con furia. Ya había pasado su etapa de llorosa, ahora sólo tenía rencor. Sí, estaba triste, pero lo tapaba a la perfección con su enojo. —Y si fue un mal entendido ¿por qué me mandó el mensaje? Está más que claro que quería que lo viera...

—No lo sé Nare, para mí hay gato encerrado... Algo me huele mal— dije reconociéndolo.

—¡Sí! Él y sus mentiras— dijo cruzándose de brazos. Si Franco quería de verdad arreglar las cosas con ella, le iba a costar y mucho. 

¿Y si te robo un beso?Where stories live. Discover now