Capítulo 23. Piscina.

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Esa noche me quedé a dormir en lo de Nare. Mi madre no me llamó a la mañana siguiente y se lo agradecí. Necesitaba espacio. Ya que hoy no trabajaba le propuse a Nare que llamara a Mar y salir juntas. Necesitaba despejarme y pensar en otra cosa que no sea mi padre andando cerca en la ciudad. 

—¿Lista?— preguntó Nare tomando su bolso.

Asentí y salimos de la habitación. Como de costumbre no había nadie en la casa. Ni siquiera Zachariah, él ya se había marchado tiempo antes a ver a su madre. Parece que no le habían encontrado nada, le quedaba hacerle un estudio más y si salía bien le daban de alta. 

Nare estaba cerrando la puerta de su casa cuando escuchamos la voz de Franco. –Nare mi amor...

—No me digas mi amor— le cortó Nare dándose la vuelta furiosa hacia él. Suspiró, me tomó del brazo y me arrastró a caminar con ella hacia el lado contrario de donde estaba su ex novio.

—Nare— dijo Franco tomándola del brazo y frenándola. —Tenemos que hablar.

—¿Qué quieres hablar?— siseó ella. 

—Explicarte. Ese beso... yo no… ¡Ella me besó!

—Claaaro, ¿y el mensaje?

—¿Qué mensaje?— preguntó el confuso. Resoplé. 

Nare tomó su celular buscó el mensaje y se lo enseñó. —Este mensaje. 

—Yo no lo envié. Lo juro. 

—¿Y yo debería creerte?

—¿No confías en mí?— preguntó. Parecía herido. Sentí un poco de pena por él. 

—No lo sé— dijo y volvió a tomarme del brazo para seguir caminando pero esta vez no paramos.

—Gracias por no haberte metido— dijo ella luego de un rato de estar caminando en silencio. Estábamos yendo a tomar un taxi para ir  y pasar la tarde con Mar. 

—Yo... creo que no era adecuado— contesté.

—Sí, gracias. Habría esperado que te metieras, pero necesitaba hacerle frente yo misma. Esto... todo esto duele mucho. ¿Qué quiere lograr? 

—No sé, amiga. Si tú no lo sabes, yo menos.

* * * 

—¿Con que dijo eso?— preguntó incrédula Mar. 

Estábamos en un Starbucks tomando nuestras bebidas. Yo había pedido capuchino, y mis amigas creo que café, no recuerdo bien. 

—Sí. Yo no sé qué pensar— respondió Nare metiendo su cabeza entre sus manos. 

Yo no le di muchas vueltas al asunto. Tenía mis propios problemas en mente. Ya le había dicho a Nare que no la dejaría por nada del mundo y ahora sólo me quedaba hablar con Zachariah y saber qué es lo que le hizo a esa chica para poder hablar con Nare y explicarle. 

—No pienses. Quiero ir a ver una película, ¿vamos a ver una película?— nos preguntó Mar.

—Sinceramente, no tengo muchas ganas de salir al cine. Sólo quiero quedarme en casa.

—Con lo lindo que está el día. ¿Qué te parece si vamos a la quinta de tus tíos? Tienen piscina allí, ¿verdad?— le preguntó Mar.

Nare asintió.  —Buena idea, sólo debo preguntarle a mis tíos si nos la prestan.

Comencé a asentir de acuerdo pero frené. Zachariah me había mandado un mensaje de que a su mamá le había salido todo bien y que la estaba llevando a su casa, necesitaba descansar. Y que su padre no había aparecido en todo el día decía que estaba "ocupado"  y él se tuvo que encargar de todo. ¿A quién le preguntaría?

¿Y si te robo un beso?Where stories live. Discover now