3. El sueño de Percy

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Empezó de una forma muy extraña.

Estaba en una cueva maniatado. A mi alrededor estaba todo oscuro, hasta que se aclaró la vista. A mi alrededor había grandes cadenas colgadas del techo ensangrentadas, huesos por los suelos, creo que de humanos. Y al fondo, había un trono. En el estaba sentado una persona enorme, con la cara ensangrentada, los brazos y piernas con arañazos y con moratones por todo el cuerpo.

- Ayúdame, Percy. Tu padre necesita ayuda. Pero date prisa, tienes hasta el solsticio de verano. O él destruirá el Olimpo. Corre, date prisa.

De pronto el sueño cambió.

Me encontraba en el Palacio submarino de mi padre. Estaba destrozado, las columnas rotas, las estatuas de mi padre y de su mujer manchadas y con miembros mutilados. Las fraguas de los ciclopes donde trabajó hace un año mi hermano Tyson estaban ahora mismo destrozadas. Todas las armas que habían preparado para la defensa de la ciudad se habían roto, estaban dobladas y ese habían oxidado.
Seguí mirando y me asusté mucho al ver lo que alguien había escrito en las paredes.

~Si quieres volver a ver con vida a tu padre, Perseus Jackson, empieza a buscar lo que quiero y me lo traerás a mi escondrijo a cambio de tu padre~

Me eché hacia atrás nada más terminar de leerlo, con la dislexia me llevó un buen rato. ¿Quien se habría llevado a mi padre? El gran Poseídon, el dioses de los mares y de los océanos, se lo han llevado como a un niño... ¿Y quién habrá sido capaz de hacer una cosa así en el palacio y en las fraguas?

Busque a algún superviviente pero no vi a nadie. Me pareció ver un resplandor a lo lejos, me iba a acercar, pero de pronto, un gran calamar se me acercó y me lleno de tinta, incapaz de ver nada.

Y el sueño volvió a cambiar.

Me encontraba encadenado de pies y manos en una fila con más chicos. Algunos eran más grandes que yo, pero la gran mayoría eran pequeños. Y me di cuenta de que algunos tenían los tatuajes del Campamento Júpiter. Eran mestizos. Y los que no tenían el tatuaje seguro que pertenecían al Campamento Mestizo. Algunos llevaban las camisetas moradas y naranjas de los campamentos. ¿Que estaba pasando? ¿Quien estaba raptando de esta manera a tantos mestizos? ¿Tendría algo que ver con las series de desapariciones que habían estado sucediendo en el campamento? Pero antes de que pudiese preguntar a alguien que estaba pasando un voz se me metió en la cabeza y me dijo.

~ Vigila a quienes quieres, Percy. Y daros mucha prisa con la búsqueda del tridente de tu padre y de la lanza de Ar.... ¡Date prisa!~

Me di la vuelta pero no había nadie extraño. Esa voz, me sonaba mucho. El tridente de mi padre, la lanza de Ar... Claro, la lanza de Ares, el dios de la guerra. Eso es lo que quiere. Ares ha secuestrado a mi padre y está secuestrando mestizos para crear un ejército si no le damos lo que quiere. Un cíclope se me acercó y me dió un golpe en la cabeza que me hizo desmayarme.

Me desperté en mi cama, empapado de sudor. Parecía que mi pijama azul se había metido en el mar de lo mojado que estaba de sudor. Mi hermano Tyson estaba mirándome asustado. Por lo visto había llamado a Annabeth y a Quirón porque le estaba asustando mucho. Estaba venga a gritar algo sobre papá y su palacio, y se había asustado.

- Quirón, tenemos problemas más gordos de los que pensabamos -le dije- tengo que ir a hablar con el oráculo para que me deje salir del campamento a buscar lo que necesito para derrotar a Ares.

- Primero vístete, desayuna y después hablas con Rachel. Esperemos que no sea muy mala la profecía que nos aguarda...

Me vestí y me fui a desayunar​ con Tyson.

Percy Jackson y la búsqueda de la lanza de Ares [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora