10. Las heridas de la muerte

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Pov Annabeth
Dejé a Percy durmiendo plácidamente en la camilla de la enfermería. Le había visto bien, pero sabía que él necesitaba descansar bien para recomponerse de esas heridas que casi le quitan la vida.

Fuí caminando a lo largo de todo el pasillo hasta la sala comedor. Me senté a la mesa y pedí unas galletas azules, como las que hacía la madre de Percy. Después de pasar tanto tiempo con Percy, ya se me habían pegado varias de sus raras manías.

Las galletas aparecieron en la mesa. Tenía que admitir que estaban muy buenas, pero no llegaban a compararse con las de Sally. Echaba mucho de menos las risas y las charlas con Sally. Cómo nos metíamos con Percy riéndonos de sus fotos cuando era un bebé, y cómo se sonrojaba cuando salía una en la que se estaba bañando. Su cara no tenía precio, y nos reíamos muchísimo aunque él decía que parásemos, no podíamos.

Sin darme cuenta, me fue callendo una lágrima por la mejilla. Pero alguien pasó su mano por mi mejilla y me la quitó.

Era Piper.

-¿Por qué lloras, Annie? Percy está bien,¿no?- dijo agitándose un poco y mirándome con preocupación.

-Si, si. Él está bien. Se había levantado de la camilla con todo los dolores, solo para verme. Pero le he obligado a que se valla a descansar.

-Dios, Percy un día nos mata a todos de un susto- se rió - pero, tu cómo estás? Te conozco, y veo que no muy bien.

Agaché la cabeza. -No muy bien del todo no estoy. Casi se muere Percy, y me he asustado mucho. Y ahora mirando las galletas azules he pensado en su madre, todas las tonterías que hemos hecho, las risas, sus besos, sus abrazos... No sé qué haría si le llega a pasar algo.-dije llorando apoyándome en Piper.

-Tranquila, todo está bien. No hace falta que pienses así. Percy está bien, te quiere, os queréis y podéis seguir tal y como antes, sin dolor.

-Pero, ¿si Luke nos ataca y lo pierdo? Casi lo pierdo hoy y sentía que me moría con él. No lo soportaría, Pipes. Moriría con él.-dije sin aguantarme las lágrimas.

-A mi me pasaría lo mismo con Jason.-dijo agachando la cabeza- pero prefiero vivir todo lo que podamos, mientras podamos. No tiene porque pasar nada, pero hay que aprovechar.

-Tenemos que disfrutar. Pero ahora vete con Jason y los demás. Yo me voy a ir a dormir un poco, que con lo de hoy no he pegado ojo.-dije abrazando a Piper y dándole un beso en la frente.

-Descansa, Annie.

Me cogí el plato de galletas azules. Quedaban tres, pero me las quería comer en mi dormitorio. Pasé por la enfermería y me asomé a la puerta sin hacer mucho ruido para no despertar a Percy.

Estaba durmiendo con una pierna por fuera de la sábana, tumbado boca abajo, con la cara de lado y babeando. Se veía tan tranquilo y disfrutando del sueño, que solo le tapé la pierna, le acomodé un poco la almohada y le dí un beso en la frente.

-Te amo con toda mi alma, Sesos de Alga. No te vallas a morir nunca, ¿vale, pesesito?

Cuando me levanté para irme, una mano agarró mi muñeca y tiró de mi hasta la camilla.

-Yo también te amo, Listilla. Nunca me moriría sin que tú vinieras conmigo. Puede parecer muy egocéntrico, pero sé que no podrías vivir sin mis chistes malos, mi cara de foca bebé y mis morritos. No soportaría perderte, ni verte sufrir por mi culpa. Te necesito para toda mi vida, para cuidarme a mí y a nuestros hijos y nietecitos.-me dijo Percy mirándome con esos ojos verde mar que me enamoraron desde el primer día en que los vi.

-Percy...-no podía decir ni una palabra, solo podía llorar y Percy me abrazó muy fuerte contra su pecho haciendo que me pusiera en la camilla.

Percy se echó a un lado y me dejó acomodarme a su lado. Percy se acomodó más a mi, me apretó más fuerte y me susurró al oído.

Percy Jackson y la búsqueda de la lanza de Ares [COMPLETA]Where stories live. Discover now