26. ¡ESE ES MÍ HIJO!

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Pov Thalia

Las seis de la mañana, gran hora para empezar a entrenar. Me levanté un poco de mi cama y me estiré. Los huesos poco a poco fueron colocándose en su lugar correspondiente haciendo un ruidito. Cuando intenté salir de la cama, una fuerza en mi cintura me lo impidió. Seguí el brazo que presionaba mi cintura hasta llegar a mi chico rubio que dormía boca abajo babeando la almohada. Sí, ya me habéis oído. MI chico, solo MÍO. Que bien suena.

Intenté volver a escaparme de su agarre, pero Luke me agarró con más fuerza y tiró de mi hacia él. Mi espalda chocó contra su pecho y su mano que estaba en mi cintura me rodeó entera. Entrelazó nuestras piernas y apoyó su cabeza en el hueco de mi cuello.

-¿A dónde se iba la chica más guapa de todo el Olimpo?- susurró con voz ronca en mi oreja.

Me moví un poco rozando mi culo con su entrepierna despertando sin querer a su amiguito.

-Me tengo que ir. Debemos de entrenar para que la misión no falle.

-Quédate conmigo.- me apretó más contra él notando un bulto en mi trasero.- Nos lo podemos pasar muy bien...

Empezó a bajar el tirante de mi camiseta del pijama lentamente tocando mi hombro con sus dedos levemente. Por culpa de su tacto, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Me froté más contra él. Luke me giró hacia él al tiempo que él se subía encima de mí.

-Venga Thalía...un ratito...

Empezó a besar mi cuello. Dejaba un camino de besos húmedos desde mi mandíbula hasta mi clavícula. Le dejé seguir un rato más. Cuando sus manos fueron levantando levemente mi camiseta, cogí sus manos rápidamente y le tumbé en la cama. Le giré para tenerlo contra el colchón y me acerqué a él.

-Por esto hay que entrenar, hay que estar preparado para todo.

Sin decir nada más, me levanté y me fuí a tomar una ducha.

    ***

-¡Cazadoras! Arriba y formar filas, debemos estar todas en cubierta en diez minutos entrenando.- grité a todo pulmón.

Las cazadoras al oír mi voz se asustaron y se levantaron corriendo de sus sacos de dormir buscando sus armaduras y armas. Algunas como Zöe iba en sujetador gritando quien le había quitado su arco, y luego estaba Bianca que seguía durmiendo como si nada.

Me acerqué a su sacó y le grité al oído.

-¡BIANCA DI ANGELO ARRIBA AHORA MISMO Y A FORMAR FILAS!

Nada más terminar el grito se levantó corriendo buscando todo lo necesario para el entrenamiento.

Volví a la puerta observando el panorama. Un montón de chicas corriendo en busca de armas. Un día normal y corriente en mi vida.

-¡Todas a la cubierta ahora mismo!

Todas las chicas con sus armas corrieron a toda máquina a la cubierta.

Que empiece el show.



Pov Leo

-Festus arregla la máquina de nachos de la cocina. Ya no sale salsa de queso y la comida se acerca.

Festus hizo varios ruidos y empezó a trabajar. Arregló y mejoró la máquina en cero coma, puso la salsa de queso y además añadió ketchup y mahonesa.

-Eres increíble, Festus. No se qué haría sin tu ayuda, campeón.

Me quedé mirando fijamente la máquina de nachos hasta que una idea vino a mi mente.

-¡Festus! Te voy a hacer un cuerpo en miniatura para que vengas conmigo cuando salgamos del barco, ¿qué te parece?

Él hizo un ruido que intérprete como un sí y me dispuse a trabajar en el cuerpo que tenía en mente.

Eché a correr al taller que tenía en la bodega y empecé a buscar todas las piezas necesarias.

-Festus que prefieres, ¿el cuerpo de dragón o de una bailarina?- le pregunté en broma.

Festus no hizo nada y eso me asustó. De pronto, al coger una llave inglesa que tenía tirada en la mesa me dió un calambre.

-Vale, vale... Ya lo he entendido, de dragón. No problem.

Tres horas después.

-¡Leo la comida ya está lista! Ven rápido si no quieres que nos zampemos todo.

Me levanté de la mesa y estiré mi espalda.

-Que te parece, Festus. ¿Comemos algo?

El dragón que tenía en mi hombro se giró y me miró con sus ojos rojos. Empezó a abrir la boca y estiró las alas.

-Claro, Leo.- y me guiñó un ojo.

Empecé a subir las escaleras hasta llegar a la cocina. Me paré en el marco de la puerta y me apoyé en ella. Miré a mi alrededor y, la única persona que notó mi presencia fue mi bella Calipso.

Le giñé un ojo y giré mi cabeza hacia Festus.

-Es la hora del espectáculo, amigo mío.

-Claro que si, Leo Sexy Valdez.

Y emprendió el vuelo. Al principio le costó mantener el equilibrio y enderezarse, pero al final consiguió mantenerse constante y llegó a la mesa.

Cuando se posó en la mesa, todos así alrededor lo miraron asombrados y alucinados. Empezó a comer el menú del Happy Meals de Nico, mientras él le estaba mirando para intentar matarlo de forma lenta y dolorosa.

Percy y Jason seguían mirándolo anonadado, al igual que Annabeth y Thalia. Mientras Tyson lo veía como un juguete al que quería acariciar e intentar montarlo después de desmontarlo.

-¿Qué? ¿¡Nunca habéis visto a un dragón de bronce celestial con vida que está comiendo un Happy Meals!? ¡Se que soy hermoso, pero por favor dejar de admirar a mi persona y disfrutar de este banquete!

Una lágrima cayó por mi mejilla y aplaudí.

Todo el mundo me miró. Calipso se acercó a mí y tocó mi hombro.

-¿Por qué lloras, Leo?- me preguntó Calipso preocupada mientras cogía mi mano y se acercaba a mí.

La miré fijamente y la besé. Me separé y volví mi vista a la mesa.

-¡ESE ES MÍ HIJO!-grité a todo pulmón.

Percy Jackson y la búsqueda de la lanza de Ares [COMPLETA]Where stories live. Discover now