8. Una batalla más

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En qué lío nos hemos metido. En la calle por la que tiramos había un gran desfile. Era un barrio chino y había una gran fiesta. Un gran dragón de tela lleno de gente que iba moviendo simulando el movimiento de un dragón.

-Genial, ahora estamos en un desfile de chinos y estamos perseguidos por un dios y su ejército. ¿Quién quiere un petardo o una copa?-dijo Will abrazando a Nico por la cadera.

-Ahora no, rayitos. Tenemos que salvar el pellejo y después nos vamos de fiesta tú y yo solo, ¿vale?- le dijo Nico, besando a Will en los labios tiernamente.

-Te tomo la palabra, calaverita.

-Chicos, siento interrumpir este momento tan tierno, pero sino nos vamos ahora seremos comida para ese dragón.-dije, ya que venía el dragón directo a nosotros.

Todos nos apartamos a un lado. La gente se apartó justo a tiempo de que nos tirásemos encima de ellos. La pena fue que nos comimos todo el suelo. Yo estaba debajo de todos, y casi me quedo sin respiración. Cuando todos se quitaron, seguía teniendo un peso.

-¿Se podría quitar quien esté encima, por favor?-dije tranquilamente.

-Vale, si quieres me quito...-era la voz de Annabeth.

Antes de que se levantase, me giré con ella aún encima. La puse debajo mío y le di un beso.

-No quiero que te quites encima mío nunca.- y la volví a besar más lentamente.- Te amo, Listilla.

-Y yo a ti también, Sesos de Alga. Pero nos tenemos que mover. Me encanta tenerte conmigo, pero tenemos una misión.

-Vale. Ya me quito.

Me levanté y la ayudé a levantarse. La junté a mí y la volví a besar.

-Te amo.

-Y yo a tí. Pero vámonos, tenemos que salvar la vida. O sino no tendremos chiquillos. ¿Vale?

Se me puso una cara tan feliz. La cogí en brazos y la cargué. Me la llevé hasta un lado de la calle y la bajé.

-Quiero tener cinco, ¿vale?- le dije en broma.

-¿¡Qué!? ¿¡Estás borracho o te falta un tornillo!?- dijo Annabeth colorada dándome un golpe en el brazo.

Yo fingí que me dolía, como siempre hacía para que ella pensase que era más fuerte que yo, pero la verdad es que no me dolía nada.

-Vale, vale. Cuatro. Dos niños y dos niñas.

-Después aclaramos ese tema. Vamos a reunirnos con los demás. Creo que el dios de la guerra y su ejército está muy cerca y ...

Antes de que pudiese terminar de soltarme un sermón de los suyos, hubo una gran explosión en el centro de la calle. Toda la gente gritaba nombres de personas para encontrarlas, se oían gritos de agonía y había mucha gente por el suelo que no se movían. Tenían sangre por los rostros, por los brazos y las piernas. Annabeth se acercó mucho a mí, me cogió un brazo.

-No me sueltes o te mato.- dijo temblorosa y casi llorando.

-Sino te solté en la caída al Tártaro, ahora mucho menos.

Y fuimos corriendo a ver si encontrábamos a los otros del grupo. Nos encontrábamos en el centro de la calle donde había sido la explosión. Allí se encontraban el resto del grupo,pero Will iba de un lado a otro cuidando de los heridos que tenía más cerca.

-¿Qué en el Hades a sucedido aquí? Estábamos hablando de cómo derrotar al ejército de Ares y de pronto, BUM. Un montón de humo, gritos y sangre.¿Quién habrá hecho está masacre?- dijo Leo alterado, intentando apagar el fuego con sus poderes.

Percy Jackson y la búsqueda de la lanza de Ares [COMPLETA]Where stories live. Discover now