Capítulo 7

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Haylin

—¿Lista querida?

Observo de reojo a la mujer que está del otro lado con un hermoso vestido sin mangas color vino . Mi collar luce reluciente con él. Estoy irreconocible del otro lado del espejo. Mi cabello rubio está recogido en un moño que me ha llevado algún tiempo poder hacer. El maquillaje que llevo encima, casi no se nota. He querido ir lo más natural posible. En mis labios, he agregado un intenso rojo carmín. El vestido que me ha dado Érika, me llega hasta las rodillas y tiene un escote levemente pronunciado. Es ajustado y resalta de manera grandiosa, una cintura perfecta. Sin él puesto, la historia no sería la misma. Soy de contextura delgada, pero eso no quita el hecho de que algunas pequeñas lonjas se formen en mi cintura. Creo que muy pronto me resignaré a hacer dieta y un poco de ejercicio.

Termino de apreciar mi figura en el espejo y le contesto a la señora Grayson:

—Sí, en un momento salgo.
Me aliso el vestido y me encamino hacia la puerta.

Al salir, la mirada de la señora Grayson se ilumina.

—Estás realmente preciosa, Haylin —me mira de abajo hacia arriba impresionada—. Con ese par de tacones negros, quedarás despampanante, querida —señala a mi derecha con la mirada—. Si luces así con un vestido sencillo, no me quiero ni imaginar como te verías con uno de novia.

—Eh... Gracias. Usted... también se ve muy hermosa —mi voz se entrecorta de manera nerviosa al escucharle mencionar lo último.

Ella va vestida con un bello vestido similar al mío. Porta unos tacones altos en rojo y su cabello va amarrado en una elaborada trenza de lado.

Alguien se aclara la garganta detrás de Érika. De reojo, veo a un Kerian palidecer nervioso. Sigue sentado sobre la cama. Érika nos lanza una mirada divertida, a mí y a Kerian. Sonrío nerviosamente. Nunca habíamos tocado ese tema y, abordarlo ahora, ha sido demasiado incómodo. Quizá, porque es muy pronto para ello. Me acomodo el moño que me he hecho, tomo los zapatos que están junto al armario y me los pongo rápidamente. Un repentino silencio se ha instalado en la habitación.

—Olviden esto último que he dicho —Érika sonríe de manera incómoda—. Deduzco que... —nos mira a ambos— que por sus expresiones, les he incomodado un poco. Lo siento —se disculpa.

Kerian se pone de pie, le abraza por detrás con una sonrisa nerviosa y le da un beso en la mejilla. Ella sonríe.

—No te preocupes mamá —le dice Kerian—. No hay problema. No es nada que no debamos enfrentar la mayoría, algún día... ¿No es así, preciosa?

Ese, "algún día", resuena con fuerza en mi cabeza. "Algún día" repite mi subconsciente. "Pero no ahora" me digo. Sólo llevamos una semana de novios aproximadamente. Es muy pronto para pensarlo. "Agrégale el mes que estuvieron como amigos con beneficios" se mofa mi subconsciente. Trato de ignorarle.

—Eh... claro, así es —es todo lo que se me ocurre decir.

—Bueno, dejando de lado ese tema... —murmura la señora Grayson frotándose las manos — creo que es hora de irnos —suspira—. Te espero fuera en cinco minutos querida, supongo que debes de despedirte de mi hijo, ¿no es así Kerian?

Le vuelve a dar un beso en la mejilla tomándola de los hombros y musita:

—Sin duda alguna mamá.

Me ruborizo. Érika se despide con un beso de su hijo y sale de la habitación. Al quedarnos Kerian y yo, algo intenso comienza a volar en el aire. Me acerco cautelosa hacia él y le rodeo el cuello con mis brazos.

—Hasta pronto —le digo susurrante sin dejar de mirar sus labios.

—Hasta pronto —repite él con una dulce sonrisa mientras me acaricia una mejilla. Su tierno toque me hace suspirar.

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Where stories live. Discover now