Capítulo 36

523 69 5
                                    

Haylin

Estoy en la puerta del auto junto a Kerian, quien acaricia con parsimonia mi cabello. Me relajo por un instante. Nada en específico atrae mi atención. El oficial que me ha interrogado se acaba de marchar en dirección a su auto. Las sirenas comienzan a rechinar en mi oído provocándome un fuerte dolor de cabeza. La ambulancia se aleja con Gael dentro. Estoy sumida en mis pensamientos, intentando descifrar qué es todo lo que ha ocurrido. Por un breve momento me vi perdida. Estuve a punto de perderlo. ¡Oh por Dios! Nunca había sentido tanto miedo. Me doy la vuelta y lo envuelvo con un fuerte abrazo. Me aferro a su pecho como si no hubiese un mañana.
Kerian Grayson es la sangre que mi corazón necesita para seguir bombeando. Él es mi vida; mi todo. Niego al pensar que pude haberle perdido. Vuelvo a romper en llanto.

—Shhh… —me calma—. Ya todo ha pasado, preciosa. Estamos bien… —susurra—. No llores más por favor. Me duele escucharte así.

Permanecemos así durante algunos minutos más hasta que la voz de Donovan aparece.

—Ya se lo han llevado —anuncia. Yo me doy la vuelta—. El infeliz se recuperará pronto, sus heridas no tocaron órganos importantes.

Nos comenta que la bala que Gael disparó sólo le rozó el cráneo y que por esto no requirió atención médica de urgencia. Nos ha dicho además que ya se han comunicado con el estado de Atlanta para su posterior traslado.

Donovan tiene una leve sospecha de que Gael no actuó del todo solo en esto. No logra explicarse cómo pudo haber llegado él hasta aquí sin ninguna clase de ayuda. Piensa que es algo remotamente imposible y yo y Kerian estamos de acuerdo con él. ¿Quién rayos pudo haberle ayudado? Y como un golpe de luz, su nombre llega a mi memoria.

—Steve Monroe —murmuro en voz alta—. El padre de Gael.

Donovan me mira con sorpresa.

—¿Qué este sujeto no es el mismo que te hizo pasar una vez un mal rato en una boda a la que fuiste con mamá? —musita Kerian al instante.

—Sí —asiento contra su hombro— el mismo.

—¿Por qué piensas que fue él? —Pregunta Donovan frunciendo el ceño.

—Es simple… —me encojo de hombros— me odia. Quiere verme acabar mal. Me lo escupió el día que fui a esa boda que menciona Kerian —niego, recordando ese instante con algo de enojo.

—Entiendo —asiente, pareciendo calibrar algo en su mente—. Veré de qué manera lo averiguo.

—Gracias por todo, Donovan —murmura Kerian después de un corto silencio—. No sé qué hubiésemos hecho sin ti allá.

Éste asiente y muestra una sincera sonrisa. Yo también se lo agradezco de igual forma.

—No fue nada. Yo sólo hacía mi trabajo. —Estrecha brevemente la mano de Kerian—. Creo que deberíamos de marcharnos, ya no queda nada más que hacer por aquí.

Ambos asentimos de acuerdo con él. Sin embargo…

—¿Y las compras? ¿Qué llegaremos a preparar de almuerzo?

Kerian se encoge de hombros y propone:

—¿Pizza?

Una leve sonrisa se dibuja en mi rostro.

—Pizza —repito con firmeza.

                            ***

Nos devoramos sin contemplación. Apenas si nos hemos acabado la pizza. Muevo los platos a un lado sin dejar de besarle. Me fricciono excitada a su entrepierna. A él no parece importarle tener una herida en la comisura de su labio mientras le beso. Juega con mi lengua, sus manos lo hacen con el escote de mi blusa. Me separo brevemente de él para deshacerme de la prenda y vuelvo a unir mis labios con los suyos. Él me aprieta contra su cuerpo. Puedo sentirle aún más. Quiero sentirle aún más.

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ