Capítulo 15

598 84 10
                                    

Kerian

—Entonces Kerian, ¿qué es lo que tienen pensado hacer?

—Salir cuanto antes de aquí, Fabiola. A esa conclusión he llegado. Ya este lugar no es seguro para nosotros. Víctor sabe que nos encontramos en alguna parte de Ohio y no tardará mucho en encontrarnos. Es arriesgado y peligroso no irnos —murmuro serio—. Haylin está con los nervios de punta desde que le he hablado de lo ocurrido. No quiero ni imaginar en cómo reaccionaría si le contase de cómo ese malnacido te amenazó con hacerme daño...

Suspiro, tratando de tomar aire.

—¿Y ya has pensando en lo que le dirás a mamá y a papá?

No. ¡Mierda! Es cierto. Otro asunto más por solucionar. Debo buscar lo más pronto posible el momento adecuado para abordar el tema de Los Ángeles con mamá y papá. Se que papá puede tomar esta noticia con mucha calma, pero mamá... Con Érika Grayson nunca se sabe.

—¿Qué?

Escucho una voz detrás de mí ¡Mierda! Esa voz... No puedo creer que sea Haylin. Ella hace apenas algunos minutos me dijo que quería tomar una ducha para poder asimilarlo todo. Ha salido del baño más pronto de lo esperado. ¿Ha escuchado lo último que he dicho?

—Es ella, ¿no es cierto? —Me pregunta una cautelosa Fabiola al otro lado de la línea.

—Sí —le respondo con el corazón hecho un puño—. Lo siento, tengo que dejarte. Dile a Stewart que agradezco y admiro todo lo que hace por ti, de verdad. Cuídate, y si sucede algo más, no dudes en avisarme  —me despido—. Nunca olvides que te quiero, Fabi.

Le escucho exhalar.

—Claro, Kerian. Entiendo, se lo diré y te mantendré al tanto de todo, no te preocupes, yo también te quiero, y mucho, hermanito. Bye.

Corta la llamada.

Guardo el móvil en mi bolsillo. Exhalo profundo. Siento la alarmada mirada de Haylin sobre mi espalda. Poco después, le siento moverse y caminar hacia mí. Posa su mano en mi hombro y vuelve a preguntar:

—¿Qué es... lo que... has dicho... Kerian?

Su voz se entrecorta al hablar. Me doy la vuelta y guío mis manos hacia sus mejillas. Cuando llego a ellas, mis manos se mojan un poco por sus lágrimas. "¡Rayos!" Me maldigo internamente. Ha comenzado a llorar y no me gusta. Odio oírla de esta manera. No me gusta escucharle llorar, me parte el alma en dos.

—Olvídalo, preciosa. No hagas caso a ello. No sucederá nada, te lo prometo. —Beso su frente y cierro mis ojos, rogándole a Dios porque así sea.

—¿Estás... seguro... Kerian? —Pregunta poco después, recostando su cabeza contra mi pecho—. Porque no soportaría que te hiciesen daño por mi culpa. Me moriría si te pasara algo.

Acaricio su cabello y le abrazo aún más fuerte.

—Por supuesto que sí, mi vida. Todo estará bien, ya lo verás... —trato de tranquilizarle.

Un fugaz pensamiento se cruza por mi cabeza: "No estés tan seguro, Kerian". Desecho e ignoro esa voz interna. Todo irá bien, no hay por qué temer... ¿o sí?

Víctor

Con la copa en mi mano, aprieto los dientes y maldigo a todo. Esto no se puede quedar así. Cada uno de los que me han enfrentado, lo pagarán muy caro. Lo sucedido en la joyería, no lo dejaré pasar por alto, lo juro. Fabiola y ese estúpido chofer no saben con quién se han metido. Ya algo se me ocurrirá para hacerles pagar esta humillación que me han hecho pasar. Nadie, absolutamente nadie, me pone las manos encima.

Por lo pronto, Haylin y Kerian son mi principal prioridad. Necesito encontrarles cuánto antes. Sé que he metido la pata bastante profundo al mencionarle a esa infeliz que sé en dónde se encuentra su hermano. Fue un error garrafal y sé que Fabiola no tardará mucho en avisarle a su hermano. Por esto, he decidido mandar a Hunter a trabajar en ello lo más rápido posible. No quiero perder la oportunidad, no puedo dejar se me escapen de las manos. Debo aprovechar que están algo cerca de New York para encontrarles. Ohio es gigante y no puedo perder el tiempo. Mi sed de venganza hacia ellos, en especial por Haylin, no merma. Cada día que pasa, mis ganas por ella,  aumentan. No sé qué es lo que me sucede, pero no puedo evitarlo. Lo que siento, lo que me domina cada mañana, es más fuerte que mí.

El vibrante sonido de mi móvil me sobresalta. Bebo un último trago de whisky y me pongo en pie. ¡Bien! Es Hunter. Sin demora alguna, contesto la llamada:

—Dime, Hunter. ¿Diste con algún dato interesante? —Indago, directo al grano.

—Sí señor. Gracias a mi hermana, he podido averigüar que la chica en cuestión, vino a la boda con la organizadora del evento.

Interesante... Esto es información valiosa. Sonrío internamente. Aunque... ¿qué papel juega Haylin y esa otra mujer?

—Muy bien, Hunter, pero...

—Y eso no es todo señor —me interrumpe de repente.

¿Ah sí? Frunzo el ceño. Ha ganado toda mi atención. Recorro la sala de un lado a otro, ansioso.

—Habla ya —le ordeno.

—He investigado un poco sobre la organizadora y he logrado dar con algo —su voz se acelera: —Resulta que, esta señora, es nada más y nada menos que, la madre de Kerian. Su nombre es Érika, Érika Grayson... y ya he dado con su dirección...











Siento la tardanza, pero he tenido algunos contratiempos para publicar. Les pido mil disculpas.

El capítulo es corto, pero por una sola razón: el siguiente vendrá cargado de sorpresas, revelaciones, peleas y sentimientos encontrados. Nos vemos el próximo lunes. Hasta entonces. (La nueva etapa pronto comienza, no se la pierdan)

Bendiciones a todos!!!

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Where stories live. Discover now