Capítulo 10

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Kerian

—¿Y esto es grave? —Pregunto preocupado.

Le escucho suspirar.

—No lo creo. La policía sólo desea interrogarle por lo ocurrido en el departamento, para ver si obtienen algún tipo de dato o información que les ayude a encontrar a ese canalla.

Asiento y me siento sobre la cama. Analizo muy bien de qué manera se lo diré. No quiero alarmarle.

—Creo que es hora de irme —dice después de algunos segundos en silencio.

—Muchas gracias, Stewart —murmuro de pronto—. De verdad, no sólo por haber traído las pertenencias de Haylin, sino por todo, en general.

—No es nada. Lo hago con gusto —musita—. Supongo que es lo que debo de hacer por el hermano de la mujer que más amo en este mundo —confiesa para mi sorpresa—. Sé que eres muy importante para ella.

Vaya... Es la primera vez que le escucho hablar de esta manera. Me alivia oírle sincerarse de esta forma. Ahora, estoy totalmente tranquilo. Sé que Fabiola está en buenas manos, que él le cuidará y no permitirá que le suceda nada malo. Confío plenamente en él. Espero que no me falle, pero sobretodo, que no le falle a ella.

Antes de que se marche, le digo que me informe de cualquier otra situación que pueda surgir allá en Manhattan. Nuevamente le vuelvo a agradecer por todo, y le pido que cuide muy bien de Fabiola. Después de escuchar la puerta de la habitación cerrarse, hago a un lado el bastón y me froto el rostro con algo de preocupación. "Dios, danos muchas fuerzas para enfrentar esta avalancha de problemas que se nos presenta" rezo mentalmente. ¿Cuánto falta para que regreses Haylin? No sabes cuánto te necesito conmigo ahora. Expiro y mi estómago ruge. Bien, vuelvo a agarrar el bastón y salgo de la habitación en dirección hacia la cocina. Ese lugar sí sé con exactitud en dónde queda.

Después de cenar un delicioso filet de pescado, me voy al baño y me cepillo los dientes. Mientras lo hago, escucho un pequeño estruendo en la habitación, pero no le presto importancia.

Termino de cepillarme y me seco la boca con una toalla. Después, cuando estoy apunto de cruzar la puerta, una deliciosa fragancia y una conocida voz, me hacen sonreír; por fin Haylin ha llegado. Apenas si cruzo la puerta, y sus delgados brazos ya me envuelven en un abrazo.

Frunzo el ceño al notar que me aprieta fuertemente, como si algo sucediese, como si estuviese angustiada y necesitara de este abrazo para poder aliviar su angustia o preocupación. Al apartarme, dejo un tierno beso sobre su frente y luego busco sus labios. La beso suave y pausado. Al hacerlo, percibo sus labios más suaves, como si hubiese llorado.

—¿Algo no ha ido bien en esa boda? —Acaricio sus mejillas.

Ella recuesta su cabeza contra mi pecho.

—Todo ha ido bien... Tu mamá es grandiosa, pero la he tenido que dejar sola —confiesa— porque ha habido una situación desagradable. He tenido un encuentro poco grato con alguien.

Vuelvo a tomar su rostro entre mis manos.

—¿Alguien te ha molestado? —Indago preocupado.

—No, bueno, sí —contesta—. En la boda, me he encontrado con alguien relacionado a Gael. Para ser más específica, me he topado con su padre —me informa—. Cruzamos unas cuantas palabras y te aviso que no fueron muy cordiales del todo...

—Ven —coloco un dedo sobre sus labios y le abrazo—. No es necesario que me lo digas. Debe de estar agotada. Acompáñame a la cama, necesitas descansar un poco. ¿No es así?

Ella asiente.

Creo que es poco inteligente contarle ahora lo que me ha dicho Stewart. Será mejor dejarlo todo para mañana. Haylin necesita un poco de tranquilidad, no más estrés, y esto, es lo mejor. Ya después habrá tiempo para todo lo demás, para hablar de lo que le ha dicho ese tipo. Y por la forma en que se encuentra Haylin, supongo que ha de haber sido en relación con la fuga de Gael.

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Место, где живут истории. Откройте их для себя