Capítulo 27

503 77 17
                                    

Haylin

El almuerzo es pacífico y agradable dentro de lo que cabe. Ally nos sirve un delicioso pollo en salsa con verduras. A esto le acompañamos con un exquisito vino blanco.

El rostro de Fabiola parece afligido. Casi no ha probado la comida que Ally nos ha servido. Aunque intente disfrazar esa tristeza con una sonrisa, yo sé perfectamente que no se encuentra bien. Érika y yo intercambiamos algunas miradas al ver a su hija. Ella también nota lo mismo.

-¿Y Stewart por qué no nos acompaña hija? -Le pregunta George a Fabiola.

Ella muestra una sonrisa incómoda y pone el tenedor sobre el plato. Suspira.

-Tuvo que salir de improvisto papá. Se le presentó una emergencia en casa -dice poco convencida.

George asiente y no dice nada más al respecto.

-Bueno... -dice Érika levantando su copa de vino, tratando de animar el ambiente-. Quiero hacer un brindis por Haylin y Kerian, que pronto iniciarán una nueva vida en Los Ángeles. -Todos alzamos la copa y yo no puedo evitar ruborizarme. De reojo, observo que Kerian sonríe-. Hijo, Haylin, les deseo lo mejor de todo corazón. Que Dios les guíe por el buen camino y que todos sus anhelos se cumplan. ¡Salud!
Alzamos nuestras copas y bebemos del delicioso vino.

-Si me disculpan... -de repente, Fabiola se pone en pie-. Haylin... Hermanito... les deseo lo mejor -susurra con la voz quebradiza.

La señora Grayson mira a su hija con preocupación. Ésta le llama en varias ocasiones, pero Fabiola parece no querer escucharle y sale del comedor.

Miro de reojo a Kerian y noto que, en su rostro, al igual que en el de su madre, hay un pequeño rastro de preocupación. Veo también a George y vislumbro que está algo confundido por lo que ocurre con su hija. Necesito saber qué es lo que le pasa, no me gusta nada verle así. No es la misma loca y sonriente Fabiola que conocí hace algunos meses.

-Enseguida vuelvo, amor -le susurro al oído a Kerian. Él asiente.

-Ve preciosa, creo que ella te necesita -sonríe de medio lado de forma comprensiva.

-Érika... George -me disculpo y pongo en pie.

George asiente. Érika me mira, y sonríe con calidez al notar lo que voy hacer:

-Tranquila querida, ve, no hay ningún problema.

***

Le busco desesperada por la sala hasta que veo la puerta de entrada semiabierta. Camino hasta allí y me asomo por la puerta; en efecto, allá está ella, de espaldas a mí, mirando al cielo gris mientras solloza desconsolada. Me parte el corazón verle así. Con cierta premura, llego hasta ella y susurro su nombre con un nudo en la garganta:

-Fabiola... -y no hace falta nada más. Se da la vuelta y me abraza con fuerza. En el movimiento, golpea mi brazo. Gimo, pero ella parece no notarlo. Me armo de valor e ignoro con todas mis fuerzas, ese pequeño tirón que he sentido. Ahora solo importa Fabiola. Le acaricio con cariño para intentar calmarle.

Nos quedamos así durante un par de minutos. Pocos después, parece calmarse. Cuando ya no está sollozando, se separa de mí y me mira con tristeza. Su nariz está completamente roja. No digo nada y solo le observo con un poco de comprensión. Le veo batallar consigo misma hasta que decide hablar.

-Stewart será papá, Haylin -musita con la voz quebrada.
Por un instante, me quedo sin habla al escuchar su confesión. Sin embargo, al notar el gesto de sorpresa que dibuja mi rostro, ella aclara:

-No Haylin, no estoy esperando un hijo suyo. -Suspira, cierra sus ojos y los vuelve abrir, intentando contener las lágrimas-. ¿Recuerdas que una vez te hablé de una ex novia que no le dejaba en paz? -Pregunta, sorbiendo sus lágrimas.

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Where stories live. Discover now